Javier de la Calle.
Vox celebrará, si nada lo impide, su asamblea general el próximo sábado 7 de Marzo. Al igual que en la última convocatoria del 23-F de 2019, la cúpula ha hecho caso omiso de sus propios estatutos, limitando la presencia en la asamblea a cargos orgánicos y electos, y dejando la presencia de afiliados relegada a un acto de autobombo y proclamación el domingo 8, con una asistencia esperada de 15.000 personas hasta completar aforo en el madrileño palacio de Vista Alegre.
Sin embargo, la cosa no pinta tan bien en esta ocasión para la dirección nacional. Al enfado generalizado de la militancia con el nuevo golpe de mano estatutario de la dirección, se une esta vez el pánico y la psicosis por un contagio masivo de coronavirus. Otros actos multitudinarios en Madrid, una de las provincias más afectadas por el brote, han sido desconvocados y al parecer Vox no ha descartado del todo esta opción ante la baja asistencia confirmada.
Hace solo unas semanas, la dirección nacional repartía entradas a los coordinadores para que pudieran dar cabida a sus adeptos en el acto del día 8 sin que nadie se quedase a las puertas por falta de aforo, hoy, tan solo unos días después, los afiliados han visto como sus correos electrónicos han sido machaconamente bombardeados con emails animándoles a asistir, e incluso con el flete de autobuses a cuenta de la dirección nacional.
En cualquier caso, tampoco escasean las voces autorizadas que ya deslizan que el coronavirus podría ser tan solo la excusa para justificar la escasa movilización de una afiliación totalmente desmotivada, y que una vez más es vapuleada por una cúpula que desprecia a sus bases y que se atrinchera en el poder a costa de sus principios.
Se prevé una fuerte tormenta en Vox a partil del día 7, hasta entonces, preparen las mascarillas.