Luis Bru.
Total incoherencia de Federico Jiménez Losantos: ha contratado, para su ampliación de capital, los servicios de GVC Gaesco, la empresa de los Vallvé, fundadores y financiadores de Omnium Cultural, y que tras el 1-O, con las ratas que abandonan el barco, trasladaron la sede de la empresa de Barcelona a Madrid, según confirman fuentes dignas de todo crédito internas de Libertad Digital SA. Ya se ve que Losantos, el mercantilista, cuando hay pasta de por medio deja a un lado cualquier principio. Una lección para sus estafados seguidores.
Su presidente Joan Hortalá fue miembro de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), a la que representó como concejal en el Ayuntamiento de Barcelona y posteriormente como ‘conseller’ en la Generalitat. Más tarde, Jordi Pujol le nombró consejero de Industria y Energía hasta que en 1997 fue nombrado presidente de ERC.
GVC Gaesco es propiedad de la familia Vallvé, históricos financiadores de Òmnium Cultural, baluarte del soberanismo. El padre de los Vallvé Ribera fue uno de los fundadores de Òmnium Cultural en los años sesenta, la cuna del soberanismo, asociación que ha tomado un protagonismo especial a favor de la separación de España. De hecho, Joan Vallvé Ribera, hermano de Maria Àngels, es consejero de GVC Gaesco Holding y a su vez vicepresidente de Òmnium Cultural cuyo lema es ‘Lengua, cultura y país’, y cuyo presidente era Jordi Cuixart, condenado por sedición en el golpe de Estado del 1 O.
GVC Gaesco es uno de los brókeres históricos de la bolsa española, con más de 60 años de experiencia y unos 45.000 millones de euros intermediados. Miembro de las plazas de Barcelona, Madrid, Valencia, París, Ámsterdam, Bruselas, Lisboa y Fráncfort, está especializado en compra y venta de valores y en la gestión de patrimonio, incluidos los fondos de inversión, los de pensiones y las sicavs.
GVC Gaesco, que el pasado año perdió cerca de 1,5 millones de euros, ha decidido cambiar de oficina en Madrid para trasladarse a una más pequeña y ahorrar en gastos. Una decisión con la que pretende compensar el impacto que supondrá la pérdida del contrato por el que hasta el pasado año canalizaba las operaciones bursátiles de los clientes de Bankia. En el primer trimestre del año, los números rojos han ascendido a 1,2 millones.