Luis Bru.
Se lo dijo la madre de Boabdil a su hijo cuando perdió Granada: Llora como mujer, lo que no has sabido defender como hombre. Le viene al pelo a Losantos. Nadie ha hecho más por dividir a la derecha y ahora se lamenta y toca a rebato. Tiene una incapacidad para el análisis que resulta abrumadora. A veces parece directamente descerebrado. Cambia cada dos días de criterio, pero lo hace con su histeria habitual, made in Losantos. «No cabe un tonto más», esa frase que él repite, se la puede achacar a él mismo. Tras anunciar la revolución de octubre, con pablenin igual a Lenin, y no a un jeta con casoplón en Galapagar, que se ha colocado él y a la legal para asegurarse el pago de la hipoteca y la vejez, Losantos, que está anclado en Stalin y Mao, sus héroes de juventud, quién no queda tocado después de eso, ahora llama al frente nacional para parar al frente popular.
Losantos es como el maestro Piñones que no sabe leer y da lecciones. Tiene nociones muy básicas de la ley electoral española y se ha vuelto tan cortesano y lacayo que considera a la monarquía -incluida Letizia, que se necesitan ganas para llamarla reina- el bien de España y no su destrucción. Si hay alguien que ha apoyado a Ciudadanos ha sido Losantos, para ver si dañaba a Rajoy lo suficiente para hacer emerger a su adorada Esperanza Aguirre, liberal de bote, adicta al saqueo de los fondos públicos. «Bastaba ver este fin de semana a Ciudadanos manifestándose contra Díaz Ayuso junto a los comunistas para comprobar que el centro sigue idiotizado y se cree capaz de presentar, no se sabe desde dónde ni a través de qué medios, nada menos que una alternativa. El PP no deja de declinar ciegamente el verbo liderar. Y Vox sigue creyendo la propaganda que hace contra ellos la Izquierda, viéndola como un anuncio de un triunfo futuro».
Pero Losantos, alma de cántaro, que todo lo divides, tú has apoyado a Teruel Existe que te ha salido rana, el sacamantecas, a qué ha venido considerar que Inés Arrimadas, en el debate de investidura en el que ni ha pinchado ni cortado, está resucitada, cuando lo único que está es mal enterrada. ¿Para qué se va a presentar Ciudadanos en Galicia? ¿Para pegarse otro batacazo monumental cómo el que se pegó tu dilecta colaboradora Cristina Losada, tan apoyada por Juan Carlos Rodríguez Cebrián? Lo mejor que le puede pasar a Ciudadanos es que se extinga cuanto antes y deje ya de molestar la pandilla de amiguetes, con el pegote insufrible de Ignacio PaniAguado, progre vergonzoso y vergonzante.
«Es decir, que cada partido sigue pensando sólo en sí mismo, cree que basta acudir a su electorado, real o supuesto, por separado y dejar los acuerdos para cuando se aclare su único problema: no quién gobierna sino quién mandará en la Oposición. Si Casado, Abascal y Arrimadas no son capaces de enfrentarse con él de forma conjunta, ellos se irán al guano, pero antes nos habrán descalabrado a todos».
Le vas a decir a estas alturas a Santiago Abascal que sea el lugarteniente del melifluo Pablo Casado, y que le compre su satelización de la izquierda en memoria histórica y violencia de género, y que entregue la batalla cultural como él la ha entregado, el portavoz de Rajoy. Que desaparezca Ciudadanos y se disuelva en España Suma, para que desaparezcan las siglas malditas por la corrupción, de la que tú sabes un rato, que te compraron acciones con la caja B del PP, es a lo que puedes aspirar. Pero Vox ha venido para quedarse, para hacer una oposición total y frontal.
«Nos ha mirado un tuerto y es Junqueras». No, el tuerto eres tú, Losantos. Todo puede tener solución cuando haya un presidente de la República y tú seas un vago recuerdo en la noche de España, ignorante, ciego, guía de ciegos.