Miguel Sempere.
El Partido Popular planea absorber a Ciudadanos en un proyecto común: España Suma. Desaparecerían las dos siglas, tanto del PP como Ciudadanos, rompiendo así con el estigma de la corrupción del PP, según comentan a Rambla Libre fuentes solventes de Génova, la sede central.
El PP se lo va tomar con calma, consideran que Ciudadanos está amortizado. La reciente encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió, el CIS catalán, hace descender a Ciudadanos, que ganó las anteriores elecciones catalanas, hasta la cuarta posición, entre los 14 y 16 diputados. Esto en el feudo catalán de Ciudadanos es un desastre sin paliativos. Pero también es un caladero de votos nada desdeñable, teniendo en cuenta la marginalidad a la que ha llegado el PP en Cataluña.
Las cuentas sin bien sencillas y evidentes: 1.637.540 de votos Ciudadanos y 5.014.869, el PP. La suma da 6.656.409, cifra muy similar a los votos obtenidos por el PSOE, 6.752.983. Un empate técnico. Eso sin contar los votos de Ciudadanos que se pierden por el reparto de Ley d’Hondt y que unidos contabilizarían a la hora de repartir escaños.
El Partido Popular quiere que Ciudadanos madure, que celebre su Congreso en marzo, que defina su liderazgo con Inés Arrimadas, para tenderle la mano. La experiencia ha sido exitosa en Navarra, donde la derecha desunida fue derrotada, mientras la unión de UPN, PP y Ciudadanos -Navarra Suma- ha sido la fuerza más votada. Otra experiencia positiva es que la unión ha servido también para dejar fuera a Vox de toda representación. Ciudadanos tiene por delante elecciones en Galicia y País Vasco donde es previsible un fuerte desacalabro dada la irrelevancia en los dos territorios. Y si se adelanta las elecciones en Cataluña, España Suma se hace necesidad imperiosa,
Sería la forma de salvar los muebles y de reforzar el liderazgo tambaleante de Pablo Casado, que se podría presentar, en la órbita moral de José María Aznar, como el hombre que une a las derechas, a dos derechas, porque Vox no entraría en el esquema, sino que quedaría satelizado, obligado a pactar para echar al PSOE.
Es un proyecto ya madurado que entusiasma a Pablo Casado, para el que es una tabla de salvación, y que cuenta con el respaldo del secretario general, Teodoro García Egea, y el apoyo de la portavoz en el Congreso, Cayetana Alvarez de Toledo. Se plantearía como una especie de refundación y para facilitar la incorporación de Ciudadanos no se les sometería a la vejación de entrar de uno en uno, bajo las siglas de otro partido, sino como España Suma, que tiene un sentido positivo.
Las diferencias programáticas podrían aparcarse ante la emergencia nacional del momento. «Inés Arrimadas sería un buen fichaje o Begoña Villacís», comentan fuentes de Génova. Juan Carlos Girauta ya ha indicado que ha sido tocado por el PP sobre sus planes de futuro.
Todo favorece esta estrategia, aunque sea para salvar del suicidio a Ciudadanos, y perder el caudal político de sus dirigentes, que se encontrarían en muy mala posición, y para reforzar el liderazgo de Pablo Casado. Si se forma nuevo Gobierno PSOE-Unidas Podemos con el apoyo de Esquerra Republicana de Cataluña, nuestras fuentes infirmantes consideran que esa unión va a ser fuertemente demandada por la calle y por las bases. «Va a ser una revolución en el centro-derecha después de años de división; Pablo Casado ha integrado ya a importantes colaboradores de Mariano Rajoy, está por sumar. Modificaría todo el mapa político y podría ser una oposición sólida y firme», señala un dirigente del PP, que no oculta su optimismo.