Luis Bru,
No sé lo que habrá visto Pablo Casado en Cayetana Álvarez de Toledo para nombrarla portavoz en el Congreso, y no porque cada vez que abre la boca sube el pan. Una destacada observadora política dice que «Pablo Casado le lleva el bolso», como si mandará más Cayetana que Pablo. Porque la realidad es que Cayetana es insufrible. Dice obviedades con marcado engolamiento, rebusca las palabras para hacer de lo sencillo un mensaje complicado, se torna oscura cuando la realidad que describe no tiene vuelta de hoja.
Esta española por elección, hierática por costumbre, se afirma que tiene triple nacionalidad, argentina, francesa y española, pues debería elegir de verdad. ¿Qué es eso de la triple nacionalidad? Mimada por el sistema, está becaria de El Mundo de Pedro J Ramírez, colaboradora después de la Libertad Digital de Losantos, enchufada como jefa de gabinete de Ángel Acebes, a la sombra que más calienta de la FAES de José María Aznar, es insoportable.
Delgada hasta la anorexia, es firme partidaria de España Suma uniendo a Ciudadanos pero despidiendo a los del PP del País Vasco. En propiedad, pertenece al orden moral más de Ciudadanos que del PP. Entraña una grosera mentira, que hará naufragar cualquier proyecto que inicie. Vox es su principal enemigo, porque identifica la identidad con el totalitarismo y el enemigo de la sociedad abierta. Su propuesta es el cosmopolitismo; es una globalista de tomo y lomo que esconde sus carencias detrás de una pose mayestática. Es tan discípula de Karl Popper como George Soros. Pero la identidad no es identificable con el totalitarismo, mientras su cosmopolitismo sí se identifica con la empanada mental. Todas las sociedades necesitan una identidad, pero no excluyente; una identidad abierta, que contemple lo que Popper en «La responsabilidad de la historia» define como regularidades, tradiciones renovadas para que exista diálogo y comunicación. La identidad española es cristiana y gira en torno a sus fiestas, como incluye a los toros o bien para ser aficionado o para ser indiferente, pero permite comunicarse. Detrás del Brexit aflora la defensa de la identidad británica, y nadie en su sano juicio identifica al pueblo británico con una pandilla de fascistas. En último término, los nacionalismos catalán y también el vasco han mutado, y ahí está el concepto de nous catalans o el premio de la Generalitat con Jordi Pujol concedido a Karl Popper y recogido con entusiasmo.
Intelectual de pastaflora, es una esfinge con arrebatos. Cayetana es insoportable.