Luis Bru,
¡Ay, Dios mío, como están las cabezas! ¡Qué cencerro anda Federico Jiménez Losantos! Ha quedado fuera de juego y no por el preacuerdo de PSOE y Podemos, del que no tenía noticia el pequeñín, sino por sus delirios acuciado, quizás, por sus angustias económicas y la necesidad de pillar publicidad institucional. Hete aquí -por seguir su argumento lógico. que Vox ha dejado de ser testimonial y ha pasado a ser «pieza clave del régimen de la transición» -del que Federico se cree una de sus cartadas- y la demostración que en sus mítines en donde oyen más «vivas al rey», de donde se deduce que no sólo Santiago Abascal sino también Pablo Casado deben «tomar la iniciativa» para ofrecer a Sánchez un gobierno de coalición -para que no gobiernen los socialistas con comunistas y separatistas- y que digan que «como no nos fiamos de Sánchez queremos Ministerios» y, en concreto, tienen que pedir el Ministerio de Justicia, el de Interior y el de Economía.
En la tertulia no le llevan la contraria. Está Dieter Brandau que hace el pelota todo lo que puede y quiere, y quiere mucho -¿no se cansa de ser tan pelota?-, Bieito Rubido, que no lo quieren en ningún otro lado de lo engolado y tedioso que es, y Maite Rico. Cada vez tiene peores contertulios y más de la casa, para pagar menos que anda la caja bostezando. Dieter Brandau dice que ha hecho una encuesta en la que todos los oyentes le han dado la razón a Losantos y él encantadico.
Así que «el PP y Vox hagan algo», dice el hiperactivo Losantos. Alguien apunta que Pedro Sánchez puede alucinar si Vox, la extremaderecha, se ofrece para el Gobierno, pero él erre que erre, parece un cómico malo. ¡Y que a este pequeñín se le haya caso durante un tiempo! Ahora Vox no sólo debe ofrecerse a Pedro Sánchez para formar gobierno, sino que tiene que ofrecerse a Pablo Casado, tender puentes al PP, porque resulta que «coinciden al 95% y el programa económico es liberal». Y Vox, los aristogatos de ayer, empeñado en acabar con el PP por traidor y melifluo.
Después de esta serie de sandeces estúpidas se anuncia el preacuerdo ente PSOE y Podemos, entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, y, momentáneamente, se viene abajo el gobierno entre Pedro Sánchez y Santiago Abascal que propugna el alucinado Federico Jiménez Losantos, que está más sonado que las marcas de Machín.