Luis Bru.
Federico Jiménez Losantos no traga a Albert Rivera, sus simpatías está con Pablo Casado. Hubo un tiempo en que bebía los aires por el de Barcelona y por Inés Arrimadas, pero ahora está por Cayetana Alvarez de Toledo. Ahora la ha tomado con el veleta Rivera, que «vive de encuestas» y es devoto de la «Virgen de la encuestas»; Losantos es muy procaz en este tipo de blasfemias de chirigota. Luego viene Juan Carlos Girauta a decir cuatro paparruchas para blanquear el ataque a Ciudadanos y soportar las ridiculizaciones al partido, que Girauta lo soporta todo y lo blanquea todo. En un tonto útil muy tonto. Al fin y al cabo, en la presentación del desastre de libro de Losantos, «La Barcelona que fue», Girauta dijo que «en el año 1995 cuando me sentía muy solo, Federico me reivindicó. Luego me acogió en Libertad Digital y me pude dedicar a cantarles las cuarenta a todos los nacionalistas en todos los medios de comunicación. Te lo debo casi todo Federico«. Girauta le sirve a Losantos cada vez que tira piedras al tejado de Ciudadanos.