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Vox como trama (y 3): El clan Ariza, en sintonía con el Yunque

Redacción




Enrique de Diego.

El 1 de febrero de 2012, se vivió una situación de máxima tensión en el microcosmos del Grupo Intereconomía. El director del diario La Gaceta, Carlos Dávila fue obligado a levantar su artículo de portada –lo que representó un coste adicional- titulado “El Yunque”. En ese artículo, Dávila afirmaba: “me repelen las sociedades secretas” y “los católicos no precisan de una secta de esta jaez para influir, como es su deber, en la sociedad”.

Julio Ariza llamó desde su casa de Mirasierra a Carlos Dávila para que levantara el artículo. El argumento que dio es que si salía publicado el artículo al día siguiente la empresa iba a estar incendiada. Cuando Dávila preguntó cómo sabía el contenido del artículo, Julio Ariza le informó que había sido su hijo Yulen quien le había puesto al corriente.

El subdirector de La Gaceta era el miembro del Yunque, Luis Losada Pescador, y de fondo estaba una maniobra de los miembros del Yunque para proceder al relevo de Carlos Dávila. Una de las características de los miembros del Yunque es que no colaboran con quienes no siguen sus consignas ni pertenecen a sus entornos. Otra, es que sus miembros están obligados a elaborar informes semanales sobre personas de su ámbito profesional. Eso crea un ambiente altamente enrarecido.

Según Victoria Uroz, “yo viví en tiempo real las llamadas de teléfono y los movimientos que hicieron los periodistas del Yunque que estaban en Intereconomía para parar esa portada y cambiarla. Y recuerdo los días siguientes de estrés y angustia que se vivieron en mi casa”.

El 7 de febrero de 2012, Luis Losada emitió una nota: “declarar que no pertenezco a ninguna sociedad secreta, paramilitar, ultraderechista y lavadora de cerebros de adolescentes, mesiánica, integrista religiosa y con intención de desestabilizar el poder político; su difamación atenta gravemente contra mi honor, dignidad y reputación, por lo que su exijo rectificación de su medio, reservándome las acciones legales oportunas”. Luis Losada ha sido uno de los pocos miembros del Yunque que ha reconocido su pertenencia a la secta ante testigos y, por supuesto, ante su esposa, Victoria Uroz. Eso da idea de la validez de los desmentidos de los yunqueros.

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Victoria Uroz con Luis Losada Pescador.

Victoria Uroz señala que “yo le agradezco a Carlos Dávila enormemente su valentía al jugarse el puesto contando una noticia tan relevante que, por otra parte, yo creo que, gracias a Dios fue el inicio de una serie de acontecimientos que precipitaron mi liberación del entorno del Yunque”. Y dentro de esa liberación, la ruptura de su matrimonio, pues Luis para justificar su mentira le dijo que “es algo de mi vida privada”. Victoria Uroz sentencia: “Creo que un periodista que miente, aunque sea sobre hechos privados, no es un periodista sino un manipulador”.

La historia muestra indicios de los riesgos que puede correr una sociedad con un partido bajo el influjo de una secta de este tipo. Se está formando una plataforma de antiguos militantes de Vox que, de manera común, describen haber sido objeto de persecuciones y aislamientos por parte de sus antiguos compañeros. Cabe preguntarse si un partido infiltrado por Vox responde al comportamiento interno democrático que exige la Constitución y si no sería cuestión de seguridad nacional abrir una investigación a fondo.

Hemos visto a Yulen Ariza avisando a su padre del peligro de que saliera publicado el pequeño artículo de Carlos Dávila. Desde entonces, las relaciones del clan Ariza con el Yunque no han hecho otra cosa que intensificarse. Gabriel Ariza emitió un comunicado desvinculándose por completo del Yunque y también a su digital Infovaticana, una web crítica con el Vaticano, pero hay constancia de relaciones muy estrechas del clan con la secta. En un tuit de Henry Boys Loeb, definido por el periodista Santiago Mata, especialista en la secta, como “estrella mediática del Yunque en Chile” por su asistencia a un curso sobre “cómo sacar dinero a los incautos”.

 

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El clan Ariza domina dos ámbitos fundamentales de Vox, dos auténticas áreas de negocio: la comunicación y el aparataje intelectual del partido. Ha colocado sus piezas en posiciones claves como la guardia pretoriana de Santiago Abascal, mientras al tiempo el clan perpetra, a la luz del día, un presunto alzamiento de bienes.

Julio Ariza, con Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros, en un reciente mitin de Vox en Pamplona.

A tenor de los datos, Vox, el clan Ariza y el Yunque no son ni tan siquiera vasos comunicantes, son, según todas las fuentes consultadas, una misma y única cosa.