Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
Nacida Phyllis Lee Isley (Tulsa, Oklahoma, 2 de marzo de 1919 – Malibú, California, 17 de diciembre del 2009) , Jennifer Jones fue una de las estrellas más fascinantes del Hollywood clásico. Su matrimonio con el poderoso David O, Selznick – después de un tormentoso matrimonio anterior con el actor Robert Walker – lanzó su carrera hasta la cumbre, su estilo barroco, su belleza fuerte, sus triunfos, provocaron envidias y un cierto recelo cinéfilo que aún hoy no ha desaparecido del todo. Sin embargo, la relación de sus mejores películas deja sin argumentos a sus detractores y nos devuelve la imagen de una actriz viva, de una mujer capaz de acariciar la cámara con su mirada. De una estrella mágica a la altura de las más grandes.

Supo cambiar de registro en sus interpretaciones y ser la santa de La canción de Bernadette (Henry King 1943 ) que le proporcionó el Oscar a la mejor actriz para poco tiempo después encarnar el erotismo salvaje de Perla en Duelo al sol (King Vidor, 1946) una de las películas de su vida. El duelo final de amor y muerte con Gregory Peck aún nos hace estremecer en este western épico de soberbia factura, complicado rodaje y secuencias inolvidables.
Jennifer Jones protagonizó Desde que te fuiste (1944 de John Cromwell), fue Madame Bovary a las ordenes de Vincent Minnelli ( 1948 ) y en ese mismo año protagonizó junto a Joseph Cotten la mítica Jennie (Willliam Dieterle) una película mágica acerca del poder del amor y las limitaciones de la existencia para vivir el amor soñado. El fracasado pintor Eben Adams (Joseph Cotten), desmoralizado, sin dinero ni inspiración, busca comprador para sus obras. Deambula por Central Park y descubre un paquete olvidado en un banco; una jovencita Jennie (Jennifer Jones) vestida con un traje antiguo comienza a hablar. El artista la tomará como modelo para su pintura a la vez vez que descubre que aquella mujer fascinante parece provenir del pasado. Obra maestra absoluta.
En 1952 de nuevo a las órdenes de King Vidor y con un joven Charlton Heston de compañero filmó Pasión bajo la niebla, melodrama desatado sobre la ambición de una mujer que sacrifica el amor para lograr sus propósitos. Y en 1955 su otra joya de la corona, La colina del adiós, cumbre del cine romántico dirigida por Henry King y al lado de William Holden.
A través de unas imágenes de gran belleza plástica, y con la presencia constante de la maravillosa melodía Love is a many splendored thing,( Alfred Newman, Sammy Fan) la película logra emocionar y penetrar en lo más profundo del corazón. Henry King logra integrar su descripción de los dos mundos que asaltan en peligrosa dualidad a la mujer con la historia de amor que va acariciando sus corazones y transformando sus vidas. Ella tenía miedo de sentir hasta que lo conoció a él y comprendió que el mundo había dejado de estar enfermo. Él no medía el tiempo en pedacitos…y aprendió de ella a creer en los presagios.
“Y cuando una mariposa se posaba sobre un hombro, era presagio de buena suerte. La mariposa nunca se quedaba con ellos pero siempre tuvieron su colina. En ella estaba el paraíso de los dos y él siempre estaría arriba de esa colina dándole a ella la mano para ayudarla a subirla.
«-Has cerrado con llave la puerta, por qué?.
-Había dejado el mundo fuera».
El fracaso comercial de la nueva versión de la novela de Hemingway, Adios a las armas ( 1957, Charles Vidor ) con Rock Hudson hirió su carrera a la par que el fin del periodo de los grandes estudios y por tanto de su mentor .
Selznick arrastraba problemas de corazón, sufrió varios infartos, y falleció en el año 1965. Jennifer Jones no pudo superar la pérdida de su mentor y esposo. Dejó de lado su carrera y sufrió una fuerte depresión que la llevó a intentar quitarse la vida en el año 1967.
En el año 1971, Jennifer Jones se casaría con el diseñador industrial multimillonario Norton Simon que falleció en el año 1993
Aún la pudimos ver en el reparto de El coloso en llamas, 1974, de John Gullermin, uno de los títulos emblemáticos del cine de catástrofes de los años setenta. Después el silencio, la dedicación a las causas humanitarias y el transcurso de una vida larga que sobrepasó los noventa años.
Jennifer Jones, su personaje, su ficción, está hecha del mismo material que los sueños, por eso pervivirá siempre en el recuerdo.