Virginia Montes.
Québec, la referencia reiterativa de los separatistas catalanes y vascos, ofrece lecciones bien precisas en las elecciones: el independentismo se hunde, mientras el debate gira en torno a la inmigración. Los ciudadanos de Québec no quieren la independencia, pero sí que se controle la inmigración invasiva.
El Partido Quebequés (PQ), pierde su grupo parlamentario al no obtener el mínimo de 12 diputados. El recuento refleja 10 diputados para el PQ y el 17,65% de los votos. La otra formación independentista, la izquierdista Quebec Solidaire (QS), ha conseguido su mejor resultado, con nueve diputados y el 15 % Fueron gobiernos del PQ, en 1980 y 1995, los que convocaron los dos referendos independentistas. En el último, los partidarios del sí estuvieron a punto de conseguir la victoria al obtener el 49,42 % de los votos. Pero desde entonces, el PQ ha sufrido un creciente declive.
El partido de centroderecha Coalition Avenir du Québec (CAQ), liderado por François Legault, ha ganado la votación y formará gobierno con mayoría absoluta: el 38,5% de los votos y 75 de los 125 diputados de la Asamblea Nacional.
En segundo lugar queda el actual partido en el Gobierno, el federalista Partido Liberal de Quebec (PLQ) del primer ministro provincial, Philippe Couillard. El PLQ quedaría reducido a unos 31 diputados con el 24,7% de los votos.
La CAQ se hace con el Gobierno con un programa que incluye la propuesta de reducir el número de inmigrantes y establecer un test de valores quebequeses y lenguaje francés a los que todos los inmigrantes se tendrán que someter tras tres años.