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La libertad de expresión según Laura Falcó Lara y La Sexta: Hacia el boicot con todas las consecuencias

Redacción




Enrique de Diego.

La vida te da sorpresas; sorpresas te da la vida. En ningún caso, bajo ningún concepto La Sexta es un paradigma de la libertad de expresión; no es su gloria, sino su miseria; es estricto sectarismo y un ejercicio cotidiano de una grosera y grotesca manipulación. Eso es responsabilidad última de los accionistas, y uno de ellos es Laura Falcó Lara quien considera que el ultraje necrófilo a la memoria de Franco perpetrado por el completo gilipollas de Monzón, alias Woyming, que odia a la religión porque es un resentido que odia a su padre que era Supernumerario del Opus Dei, y su lacayo, el indigente mental de Dani Mateo, es cuestión de libertad de expresión, ella no lo hubiera hecho, pero no tiene autoridad real o moral para prohibirlo, ni se le pasa por la cabeza. Aduce como ejemplo de su delicado respeto a la libertad de expresión que su abuelo José Manuel Lara Hernández, capitán de la Legión durante la contienda, y hombre de la directa confianza de Juan Yagüe, era ridiculizado, estando ya enfermo, en un programa de TV3 -supongo- llamado Krokovia, y nunca denunciaron, ni se les pasó por la cabeza.

Ser propietarios a la vez de Antena 3, que va de moderada y un punto de derechas, y de ese bodrio de La Sexta, que no la empeora ni Nicolás Maduro, es una clamorosa esquizofrenia mediática y una estricta hipocresía capitalista. Hete aquí que Laura, tan defensora de los esperpentos necrófilos del garrulo Monzón, es muy partidaria de la libertad de expresión hasta que le llevas la contraria, muy tolerante hasta que no le das la razón. Así que se refiere a mí como «ese tipo», con evidente connotación peyorativa, y concluye «Nada…lo pondré en manos de abogados y listos«. Para ser escritora, podría cuidar más el estilo, aunque ya se sabe que en Twitter se escribe deprisa y corriendo, porque lo de listos resulta molesto a la vista porque no está queriendo decir que se lo pasa a los abogados y a los listos, ni que los abogados son listos, sino que nítidamente debería decir abogados y listo (el tema). Al margen de la disquisición de estilo, es de una doble moral estruendosa (de paso me ha bloqueado esta Marianne de la libertad de expresión a la carta). Tengo el mejor abogado de España, que ese sí que es muy listo, y responde al nombre de José María Bueno, y hace honor a su apellido.

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Laura Falcó Lara, sacando pecho por la libertad de expresión. /Foto: revistainteriores.com.

Estos de Atresmedia no defienden la libertad de expresión sino que la agreden. Son una farsa insoportable; el producto de favores políticos mediante la concesión de licencias administrativas y alimentados con publicidad institucional y carteras del Ibex 35, a cambio de mantener el sistema depredador y expoliador. Es una tiranía mediática.

El sistema, del que ellos forman parte, vuelto a repetir para saber a qué atenerse sigue los siguientes pasos: 1) ostracismo, conjura de silencio; 2) si se supera esa fase por cualquier motivo, ridiculización, para que nadie ose seguirte; 3) demolición personal. A mi no me van a engañar nunca con sus falacias, por cuanto después de que insistieran mucho, y para que no pareciera que les tenía miedo, fue a su cochambre de estudio, que ni en el Manchester de la revolución industrial, lleno de becarios, salarios mínimos y falsos autónomos, porque estos progres cuando se ponen bordan lo de la explotación del hombre por el hombre, y el tal Burque –un pobre hombre al que tienen para esos menesteres de la ridiculización- me grabó dos horas de entrevista, en los que no consiguieron ridiculizarme, y decidieron -estos adalides de la libertad de expresión, como Laura– no emitirla. Torquemada por lo menos tenía la decencia de no decir que actuaba en nombre de la libertad de expresión.

Entremos en materia de lo importante. Vamos hacia el boicot. Por supuesto, los lectores de Rambla Libre, que son inteligentes y críticos, no ven La Sexta (yo tampoco la veo), que resulta insufrible para una mente bien formada. Pero en concreto el programa del amargado de Woyming está destinado a envenenar las mentes de jóvenes y adolescentes, con clichés, chorradas e implantes mentales, así que no vendría mal una charla familiar. Pero lo que les duele a esta gente es la pasta gansa, porque solo viven para y por el dinero, no tienen otro dios que el dinero, ni otro principio que su cuenta corriente. Así que estamos ultimando la lista de empresas que financian ese programa infecto para difundir el boicot en el ámbito nacional con efectos tumbativos. Se está haciendo un estudio concienzudo y pormenorizado que haremos público antes de 24 horas.

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Cuento con todos. La expectativa generada ya es muy grande y la respuesta gratificante, alentadora y altamente positiva. Solicito ideas para difundir el boicot por las redes sociales. Propongo la socorrida de una pirámide o cadena, de modo que cada uno se lo haga llegar a tres amigos solicitando que se comprometan a enviárselo cada uno a otros tres.

La ofensa necrófila a Francisco Franco no es sólo una agresión gratuita y asquerosa a una gran personalidad de nuestra Historia respetada y admirada por la mayoría de los españoles y que tiene una familia que merece respeto, sino que vemos en ella el gesto histriónico de quienes, a la vista de que no han cosechado el respaldo que creían tener, han iniciado un proceso totalitario de imposición de la mentira, de intento de amedrantamiento subiendo la puja de la agresión. Hay que pararles los pies y darles donde más les duele, que es el bolsillo. Es nuestro derecho y nuestra libertad de expresión: vamos hacia el boicot con todas las consecuencias. Quien financie a Monzón, alias Woyming, nos tendrá enfrente, sin consumir sus productos, como es nuestro derecho. Máxima dureza.