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Roberto Centeno: Contra la prostitución del legado de Don Antonio García Trevijano

Redacción




Roberto Centeno. Catedrático de Economía.

Ante las presuntas irregularidades y la desastrosa gestión que se está produciendo con la conservación y la difusión del mensaje y la obra de mi amigo y maestro Antonio García Trevijano, el más grande pensador político español de todo el sXX, y las dudas razonables que suscitan determinados comportamientos, algunos tan extraños e inverosímiles como el de que una persona esté transfiriendo cientos de miles de euros al MCRC, una asociación completamente muerta cuya contribución a la difusión de su pensamiento es básicamente cero, desde que en un auténtico golpe de mano fueron apartadas de la misma las personas más capaces, y comprometidas con las ideas y la obra del maestro.

Roberto Centeno. /Foto: YouTube.com.

No tengo duda de que Don Antonio se quedaría horrorizado si viera comoa día de hoy, personas sin ningún contacto con la realidad, ni conocimiento o experiencia relevantes, a quienes D. Antonio ignoraba, hablan del MCRC como si fuera suyo. Razón por la parece llegado el momento de preguntarnos en qué punto estamos para el cumplimiento de la voluntad de Don Antonio expresada tanto en su último testamento como en sus manifestaciones públicas.

Conocí a Don Antonio en los últimos años de su vida, y desde el primer momento  surgió entre nosotros una estrecha relación de profunda confianza, sintonía y  amistad, hasta el punto de que la parte política de los cientos de artículos publicados por mi, o mis intervenciones en otros medios, me había sido sugerida e inspirada por Don Antonio. Aparte, varios artículos que firmamos conjuntamente. Básicamente la parte política de todos mis artículos correspondía a Don Antonio y la económica a un servidor. La razón de este proceder, aparte mi sintonía absoluta y total con sus puntos de vista política, tenía una razón práctica evidente, el MCRC que era la asociación a través de cuyos medios se transmitía su pensamiento, apenas tenía 6.000 oyentes, mientras que los artículos y los medios a los que yo tenía y tengo acceso, suponían varios cientos de miles.

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Por ello es innecesario demostrar que tanto José Papí, al que Don Antonio había confiado en numerosas intervenciones la defensa de su legado ideológico y político, junto conmigo y otras personas, somos los únicos depositarios y continuadores legítimos del pensamiento del más grande pensador político de todo el s XX. Es por ello, que considero absolutamente inmoral e ilegítimo, el golpe de mano para desbancar a Don José Papí y el resto de miembros con mayor afinidad y capacidad de la Junta Directiva. Estas personas que se han hecho con el control que llevaban largo tiempo sin participar activamente en la difusión de su legado, y a las que Don Antonio quería expulsar cuando le sorprendió la muerte, no solo se han obligado a salir a todas las personas más válidas, es que han destruido lo poco que quedaba del MCRC y hoy, aparte de insultarnos en las redes ( yo por ejemplo soy un fascista, un apocalíptico y un traidor a Don Antonio), no han hecho nada efectivo para defender el legado de nuestro maestro, y apenas tienen unos cientos de oyentes, no más que una pequeña secta, frente a 25.000 el nuevo grupo Demos organizado por José Papi, y eso que el MCRC está recibiendo cientos de miles de euros, cuya utilización y destino nos es completamente desconocida.

Por ello, lo que quiero dejar claro, es que como patronos de la Fundación hoy en vías de constitución, que según voluntad expresada repetidamente por Don Antonio debe ser el vehículo exclusivo de la transmisión y difusión de su pensamiento político en Hispanoamérica y en España, no vamos a retroceder ni a permitir que se prostituya lo más mínimo el mensaje y la obra de Don Antonio en base a intereses personales, espúreos y mezquinos.

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Tengo que decir que me causa una profunda tristeza el que una persona que durante tanto tiempo fue leal colaboradora de Don Antonio como asistente suya, Elena Bazán, haya permitido el golpe de mano que se fraguó para decapitar al legítimo presidente Don José Papi, que fue nombrado como tal por Don Antonio. Con ello quiero decir que voy a poner a disposición de la defensa de la memoria de Don Antonio, todo mi esfuerzo para que su legado y obra sean honrados y conocidos tanto en España como en Hispanoamérica.