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Respuesta a Enrique de Diego: Un liberal sí puede ser patriota, lo que no puede ser es nacionalista

Redacción




Estimado Enrique:

Vaya por delante mi admiración hacia su trabajo. Sé que ahora no tiene la mejor imagen de los liberales -y menos de los libertarios- pero ha de reconocer que muchos de los que defendemos la ideas de la libertad en España, lo hacemos gracias a sus programas radiofónicos y a sus libros. Todavía recuerdo mis tiempos en la Universidad en los que en el piso compartido escuchábamos el programa “A fondo” a la hora de cenar. Y qué decir del programa “El país de las maravillas”. Aquello era droga dura para un liberal.

Karl Popper.

El motivo de mi carta es mostrarle mi discrepancia con su afirmación de que los liberales no podemos ser patriotas. Cita en su texto el pensamiento de Popper y de Rothbard. Respecto del primero, le diré que, a mi juicio es un claro ejemplo de humildad intelectual. Otra cosa es que alguno de sus discípulos –Soros- lo haya malinterpretado. Respecto de Rothbard, autor que tengo más trabajado, es cierto que es un exponente del pensamiento libertario. Lo cual, no obsta para que le reconozca que en sus trabajos cae en el error intelectual de defender el iusnaturalismo racionalista, esto es, defender que el derecho puede ser discernido por cualquier persona mediante el uso de la razón.

Lo cierto es que prefiero a autores como Hayek que defienden la teoría evolutiva de las instituciones, según la cual, las instituciones se crean, modifican y desaparecen de forma espontánea mediante un proceso de prueba y error. Esto es, que hay personas que actúan de forma diferente. Si les va mal, fracasan. Y si les va bien, son copiados por el resto de la comunidad. Y lo mismo sucede entre las comunidades.

Un ejemplo de esta teoría lo tenemos en el lenguaje. No paran de crearse palabras nuevas. Pero solo se perpetúan aquellas cuyo uso se generaliza por ser percibidas como útiles por una mayoría de la comunidad. Otro ejemplo a “sensu contrario” con el lenguaje de cómo el constructivismo no funciona lo tenemos con la creación de la legua artificial del esperanto. En teoría, es una lengua fácil de aprender y su adopción aportaría ciertas ventajas al eliminar barreras comunicativas. No obstante, al ser una lengua artificial ha de ser, forzosamente, más pobre que una lengua viva. Lo cual hace que sea percibida por la comunidad como un idioma menos útil y que, consecuentemente, solo sea adoptado por una minoría.

Pues bien, Don Enrique, la Nación no es más que una institución. Lo cual implica que ni se crea ni se destruye de forma deliberada. Por tanto, de la misma manera que cuando los Gobiernos atentan contra el mercado -otra institución-, aparecen los mercados negros; cuando se ataca a la nación, surgen movimientos espontáneos en su defensa. Vea el ejemplo de la guerra de independencia. No fueron el Rey ni el Gobierno. Fue el pueblo el que se alzó en armas contra el francés causándole más de 300.000 bajas (tenga en cuenta para valorar la importancia del dato que en Waterloo tuvieron 39.000 bajas).

George Soros con el borracho Jean-Claude Juncker. /Foto: gettyimages.co.uk

Por tanto, nada más natural para un liberal que defender la Nación. Otra cosa es el nacionalismo que podríamos definir como la corriente de pensamiento constructivista que pretende construir y/o dirigir la evolución de una institución nacional de forma deliberada. Esta ideología adolece de mismo vicio intelectual que las ideas defendidas por Soros.

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Solo me queda despedirme deseándole los mayores éxitos para Rambla Libre.

Atte. Jaime Pérez Oltra.