Editorial.
No hemos aprendido de Matteo Salvini la evidencia de que los barcos de las ONG no son otra cosa que los cómplices necesarias de las mafias que trafican con seres humanos. Porque lo dijimos desde Rambla Libre a la par. Es evidente y notorio que esas ONG, muchas financiadas por George Soros, participan del negocio. Los miembros de las tripulaciones de esos barcos no han hecho voto de pobreza ni son personas altruistas, sino empleados a tiempo completo, que normalmente cobran sueldos elevados. El negocio esclavista camuflado bajo un falso humanitarismo es hoy en día altamente rentable.
Esta semana un barco remolcador, «Vos Thalasa«, que presta servicio a una plataforma petrolifera recogió a 60 inmigrantes clandestinos que pretendían llegar a Europa vía Italia y facilitó la labor de las mafias. Cuando fue recriminado por no haber dejado actuar a la Guardia Costera libia, pidió socorro porque la tripulación corría peligro de muerte.
Hoy se reúnen los ministros del Interior de la Unión Europea. Matteo Salvini tiene razón al exigir que cesen de actuar no sólo las ONG sino también naves oficiales de los estados miembros. La Fragata Navarra en vez de combatir a las mafias está colaborando con ellas haciendo de mero transbordador.
Lamentamos el hundimiento, ante la costa argentina, del pesquero español Dorneda, del que se han rescatado 25 miembros de la tripulación, pero hay que lamentar 1 muerto y 1 desaparecido. Aquí se percibe con claridad la importancia de las leyes de socorro en el mar. Se trata de trabajadores que han sufrido un accidente. Esas leyes están siendo interpretadas de manera perversa en lo que se refiere a lo que es una actividad clandestina desarrollada en inhumanas condiciones con el objetivo de entrar ilegalmente en una nación soberana y, con frecuencia, de vivir de las ayudas sociales o participar en la venta ilegal y el tráfico de drogas. Esa actividad debe ser combatida, y en ningún caso alentada. Debe exigirse responsabilidad a Marruecos para que vigile sus costas y se debe dejar actuar a la Guardia Costera libia.
Entrar ilegalmente en una nación sólo da derecho a ser deportado de inmediato en las mejores condiciones. Salvini tiene razón.