Miguel Sempere.
Pedro Sánchez ha perdido, demasiado pronto, el sentido de la realidad, pagado de sí mismo, con un márketing estúpido, funciona como si tuviera mayoría absoluta, cuando sólo tiene el respaldo directo de 84 diputados. Su asalto a RTVE, con el acuerdo con Podemos y PNV, ha quedado en agua de borrajas. La derrota parlamentaria ha sido tremenda.
Se trata de un Gobierno débil y directamente chantajeable, para la más mínima decisión. Esquerra Republicana votó en contra para exigir un diálogo sobre Cataluña «sin condiciones», lo que implica que el Gobierno esté dispuesto a saltarse la Ley. Los votos de Esquerra son esenciales para que Tomás Fernando Flores salga elegido en segunda votación como presidente de RTVE. Hasta Nueva Canarias se abstuvo, porque, según Pedro Quevedo, que acude en coalición a las elecciones, no ha sido consultado y porque no se han aplicado todavía los descuentos en los vuelos interinsulares. El Congreso es, con Pedro Sánchez, un auténtico chalaneo.
Compromís también se ha abstenido aduciendo no haber sido consultado. Que RTVE va hacia La Tuerka y Aló Presidente estuvo en varios de los parlamentos de la oposición. Así lo hizo Ramón Moreno por el PP. Para el diputado popular, el acuerdo de PSOE, Podemos y PNV es “plenamente chavista y bolivariano”.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se ha opuesto de forma clara a “participar en este atropello” y ha recordado que en 2016 se pactó una nueva ley que “iniciaba con un concurso público el nuevo camino de democracia para elegir al presidente de RTVE”. “Sánchez e Iglesias dinamitan hoy ese acuerdo”.
La lista socialista-podemita-peneuvista se ha quedado en 150 apoyos, mientras la lista alternativa del PP, encabezada por Eladio Jareño, ha conseguido 128 votos.