Javier de la Calle.
Imágenes de fuerte emotividad como la Legión con el Cristo de la Buena Muerte en la Semana Santa de Málaga seguramente no se verán el próximo año por el sectarismo laicista de la nueva ministra de Defensa, Margarita Robles, para quien «España es un país no confesional y hay que dar al César lo que es del César y no mezclar cuestiones privadas con institucionales«.
Para Margarita Robles, la religión es una cuestión meramente privada, por lo que no se entiende que el okupa Pedro Sánchez felicitara el Ramadán.
Se suspenderá, por tanto, el poner en los cuarteles la bandera a media asta desde el Jueves Santo hasta la noche de Resurrección. «Es muy respetable pero en nuestro marco constitucional no tiene cabida«. Es ese marco constitucional que para Meritxell Batet no representa a la mayoría.
Asombrosa la petulencia de este Gobierno de mindundis y sectarios que cuentan sólo con el apoyo de 84 diputados. Margarita Robles deja una puerta abierta a su propio criterio porque «hay que distinguir las tradiciones, que son parte del acervo cultural que hay que proteger y conservar, de lo que son meras manifestaciones religiosas, que son una cuestión privada».