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Al frente de RTVE no hay nadie con cabeza

Redacción




Editorial.

En Eurovisión se puede hacer el ridículo. España lo viene haciendo en los últimos tiempos. El más clamoroso se hizo con Chiquilicuatre. Ha sido superado por la extraña pareja de Amaia y Alfred, que no sólo han quedado tres puestos por debajo, además han sometido a la población a estúpidas provocaciones relacionadas con la autoestima nacional, en un momento en el que se intenta perpetrar un proceso secesionista en Cataluña. No deja de ser un estrambote haber visto Lisboa, y el auditorio donde ha tenido lugar el Festival, llenos de banderas de España, que nuestros indignos y patéticos representantes no serían capaces de sostener en sus manos y, al menos uno de ellos, manifiestamente no respeta, participante de manifestaciones separatistas y con su perfil de Instagram lleno de estelladas.

Amaia y Alfred.

Es preciso incidir en que siendo malas las votaciones de los representantes de las naciones-televisiones, el peor resultado se obtuvo en las votaciones populares, en las que España fue la tercera menos votada y no es extraño pues falto profesional, magia y, en el caso de Alfred, algo tan esencial como voz. Ambos dos han demostrado ser, en los prolegómenos, dos niñatos irresponsables, seriamente inconscientes de lo que se jugaban y de las estupideces de sus bromas y regalos, recurriendo a latiguillos impostados del respeto a las opiniones. Cuando se representa a una nación hay que estar a la altura.

Pero ambos dos nunca debieron llegar a representar a España. Lo cual indica que a los mandos de RTVE no hay nadie con cabeza. Ahí es donde se encuentra la mayor responsabilidad de lo sucedido, empezando por el tosco presidente del ente, José Antonio Sánchez. No todo es cuestión de audiencia: la de la final de Eurovisión ha sido del 43,5%, 7.170.000, que son otras tantas decepciones. Los representantes pasan por un proceso de selección que, como se ha visto, tiene fallas de todo tipo, tanto de forma como de fondo. Es el mínimo exigible que los representantes de España se sientan orgullosos de ser españoles y sean conscientes de su responsabilidad.