Josep Sansano.
«La relación entre Elsa Martínez y Nerea Belmonte es una de las claves del cambio en la alcaldía de Alicante«, señala a Rambla Libre un observador bien informado de los entresijos de la política alicantina. Elsa Martínez, militante del PP y exesposa del presidente local, Toño Peral, podría haber fortalecido la decisión de Nerea -el imprescindible voto 15- de no votar a la candidata del tripartido y permitir el acceso a la alcaldía al pepero Luis Barcala, lo que cambia muchas cosas en la política provincial.
Por de pronto, el presidente provincial, José Ciscar queda fuera de juego. Alejado del poder institucional, carece de autorictas para establecer criterio frente a los poderes emergentes. Igual que no ha pasado desapercibido el protagonismo de Elsa Martínez en el salón del pleno durante la toma de posesión de Barcala, tampoco el hecho de que su exesposo Toño Peral, jefe de gabinete en Diputación, forma tándem con Barcala, en cuya lista al Ayuntamiento espera estar en puestos de salida.
Aunque Elsa Martínez y Toño Peral se divorciaron, tienen un hijo en común, propiedades en común y una economía que todavía tiene muchos puntos de confluencia. En las elecciones a la presidencia local, Elsa Martínez proclamó que iba a votar «al padre de mi hijo«. Por muchas cuestiones, le conviene la carrera política de su ex. También le conviene tener cuota de influencia en el Ayuntamiento pues, a pesar de su nefanda gestión en la fallida Ciudad de la Luz, ese remedo de Cine Cittá que duerme el sueño de las obras faraónicas, Elsa sigue viviendo del Presupuesto. Tal y como desveló Rambla Libre, el 20 de abril de 2.017 cobró 4.840 euros por «coordinación del acto inaugural del Acuario de la Plaza Nueva de Alicante» en concepto de gestión de medios especializados y viralización en redes sociales». Poco hizo Elsa al margen de cobrar y de tener la ocurrencia de amenizar el acto con música bakalao, lo que levantó las protestas de grupos proteccionistas molestos con el stress al que había sometido a los peces.
Según fuentes solventes, Elsa Martínez, que tiene importantes deudas con la comunidad de vecinos de la casa cuya propiedad comparte con su exesposo Toño Peral, necesita conseguir contratos y para ello cuenta con la amistad con la podemita Nerea Belmonte, cuya exigencia de un sueldo -compromiso que quería por escrito, en el último momento- dio al traste con las posibilidades de la candidata socialista Eva Montesinos.
Dos cuestiones a las que habrá que estar muy atentos es a si ese sueldo se lo pone ahora Luis Barcala y si Elsa Martínez empieza a ser contratada por el Ayuntamiento.
Elsa Martínez fue directora de la Ciudad de la Luz, una de los tres que consiguieron acumular 455 millones de pérdidas. Su otro ex Javier Castelló la acusó públicamente: «enviaba a su chófer con el coche oficial a un hotel de Valencia a recoger sobres con dinero procedente de comisiones ilegales» y citó dos casos: 20.000 euros por el bombeo del tanque acuático de la Ciudad de la Luz y 10.000 por el contrato de mantenimiento de los ordenadores. Elsa Martínez pertenece a ese viejo PP que recuerda un pasado de corrupción.