Jesús Muñoz.
En el día de hoy me siento muy triste. Estoy triste, porque dos mujeres que han luchado por la igualdad, que representan el feminismo, líderes de opinión, que han logrado las posiciones más altas en administración en sus respectivos cargos, han sufrido acoso del machismo más letal.
Ese machismo heteropatriarcal que se disfraza de feminismo cuando hace todo lo posible, para desacreditar a las féminas que lideran.
Elena Valenciano y Cristina Cifuentes han logrado las más altas cotas de poder.
Para luchar contra el machismo, tuvieron que inflar algo sus currículum. No olvidemos que esa discriminación positiva está bendecida por el mismísimo Tribunal Constitucional.
Aun así, estas dos mujeres bandera, han sido acosadas respectivamente por el machismo y el heteropatriarcado más recalcitrante.
En el caso de Elena Valenciano, trascendió que se incorporó a los 17 años a las Juventudes Socialistas de España y un año más tarde al partido Socialista Obrero Español. Cursó las licenciaturas de Derecho y Ciencias Políticas, aunque no llegó a finalizar ninguna de las dos, porque según trascendió, “se aburría estudiando”.
No entiendo porque se tiene que poner en duda el currículum académico de ambas mujeres.
Según esta doctrina jurisprudencial del feminismo, una mujer, “nunca miente”, se defiende de la sociedad machista.
Si el currículum vitae de Elena Valenciano, decía que tenía dos carreras, pues tenía dos carreras, aunque no conste ningún sitio. Si el currículum vitae de Cristina Cifuentes, indica que tiene un master, pues tiene un master, aunque no conste ningún sitio. Dudar de la integridad, la palabra y el honor de estas dos mujeres líderes, es machismo.
¿El objetivo del ataque machista e indiscriminado en éste caso a Cristina Cifuentes, es poner en su lugar a un presunto macho del heteropatriarcado, como D. Ángel Gabilondo? Lo más probable, es que éste se convierta en el próximo Presidente de la Comunidad de Madrid en breve, gracias al lobby machista, con los ataques dirigidos por Ignacio Escolar que está haciendo lo indecible con un acoso machista, para desacreditar a Cristina Cifuentes, solo y exclusivamente por ser mujer.
Ojo, estos machistas, dicen ser feministas, pero sus actos dicen todo lo contrario: expulsar de la presidencia de la Comunidad de Madrid a una mujer, por ser mujer. Ante eso te decimos: “Cristina, resiste, no cedas ante los machistas disfrazados de feministas”.
Todos recordamos como en el 2012, Elena Valenciano, tuvo que hacer frente al más cruel de los machismos, pues tuvo que salir a la palestra para defender su honorabilidad, frente a la presión del heteropatriarcado que la oprimía, para que justificar la realidad de su formación.
El intentar desacreditar a una mujer de una manera tan vil, solo ex propio del machismo de la sociedad española, puesto que en este país de igualdad, donde las mujeres luchan dignamente por la equiparación salarial y la discriminación frente al hombre, donde un hombre tiene todo más fácil, gana más, y le cuesta menos que a una mujer, Elena Valenciano fue un ejemplo de lucha y superación, que tuvo que hacer frente a graves difamaciones durante semanas, sobre un “currículum inflado”, donde además era tachaba de mentirosa, pues ésta, Elenita, siendo la Vicesecretaria General del PSOE puso en su curriculum que tenía «Estudios de Derecho y Ciencias Políticas». ¿Cómo es posible que se dudara de esa manera sobre las verdades de su formación que venía acreditando Elena desde hacía años?
¿Cómo una mujer iba a mentir sobre algo tan íntimo y personal, como son sus datos académicos sus calificaciones, sus estudios, algo que solamente ella conocía y por lo que se había esforzado tanto?
Porque no mujer puede olvidarse de un dato ajeno a ella, y la fecha, de un cumpleaños, pero nunca inventar y a tales hechos como decimos diálogo que ellas han manifestado como cierto y que incumbe su vida privada, a su vida profesional, a su propio currículum. Pues, ¿qué sentido tiene actualmente en la sociedad española, donde queda acreditado que la mujer nunca miente, que alguien como Elena Valenciano, y ahora Cristina Cifuentes se inventen absurdamente tales hechos? ¿Porque se intentan desacreditar en éste caso a Cristina Cifuentes argumentando que miente y segmentado tales hechos, como en el pasado sufrió Elena Valenciano?
Según libertad digital: “El periódico de Prisa describió a la diputada como una mujer absolutamente «entregada» al partido, razón por la cual «ni siquiera» había terminado sus estudios universitarios. Valenciano se justificó en El País asegurando que “pone que tengo estudios, no títulos. Empecé Derecho y luego me pasé a Políticas. No terminé, pero solo me faltan dos asignaturas de Estadística. La verdad es que me aburría y ahora me da pereza acabar. Algunos de los profesores que tuve en Políticas están ahora aquí, en el partido«.
Lo curioso es que en un lugar más oficial como el Parlamento Europeo sí que figuraba que es licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Según ese documento, consta el año 1980 como fecha de finalización de las dos carreras por lo que la socialista, que nació en 1960, ya tenía dos licenciaturas cuando sólo tenía veinte años”.
Según la ideología de género de la que fue partícipe entre otras Elena Valenciano, la mujer nunca miente, pues no tiene sentido que una mujer tenga que mentir para conseguir un objetivo, pues ellas, lo logran por si solas, pues son iguales al hombre, así reza en muchas sentencias judiciales de maltrato cuando en el mismo caso, una mujer sin ningún tipo de pruebas alegue ser maltratada o violada, ya que según el Tribunal Constitucional, ante la ausencia de pruebas o testigos, la mera declaración de la denunciante, sirve como carga de prueba, porque aquí su declaración y carga de prueba no sirve y se pone en duda?.
Está claro, porque el machismo sigue campando sus anchas, contra una mujer líder.
Elena Valenciano tuvo que hacer frente también, al machismo imperante en su partido, pues tuvo que tirar la toalla y aceptar el veto con deportividad, por el rechazo machista de su partido, a su candidatura para presidir el Eurogrupo, lo que me reabrió las heridas en el PSOE.
Posteriormente en un artículo de El Mundo, Elena valenciano pasó de ser una simple telefonista a ser actualmente la dirigente del grupo socialista en el Eurogrupo, junto a Juan Fernando López Aguilar (denunciado según él, falsamente por maltrato), Ministro de Justicia en la creación de la ley 1/2004 (LIVG).
Tras dos años de gobierno de Cristina Cifuentes, hizo balance de su gobierno, en setiembre del 2017:
- Hasta ese momento había creado 194.427 puestos de trabajo.
- Más de un millón de jóvenes disfrutaban del abono transporte a 20€.
- Redujo la administración con un 15% menos de altos cargos y un 27,6% menos de organismos.
- Ha conseguido una rebaja las tasas universitarias.
- 7000 familias se beneficiaban de IBI social.
- Ha conseguido imponer una ley LGTBI o ley de la Transexualidad, en la Comunidad de Madrid.
Así como un largo etc. de propuestas, que como ya dice en su Blog conseguido terminar el 90% de sus propuestas electorales.
Con tal currículum profesional de Cristina Cifuentes, ¿por qué una operación machista, heteropatriarcal y opresora hacia ésta mujer, que es un claro referente político, está siendo acosada de manera machista? ¿Porque ha sido destrozada en menos de un mes a toda una mujer líder en la política, simplemente por un master, por un insignificante master, ¿porque se duda de ella?, si es una mujer, y como ya sabemos en este país, las mujeres no mienten nunca ¿que ganaría ella con mentir?, ¿porque se la difama?, ¿que ganaría ella mintiendo, si como bien sabemos todos, en los últimos doce años con la LIVG, la mujer nunca miente?.
Además los hechos falsos fabricados por una mujer son descritos por la prensa postfeminista, como la envidia del machismo hacia el triunfo de la mujer. ¿Por qué en este caso, a Cristina Cifuentes le podría costar el puesto y a Elena Valenciano, no?
¿Por qué tenemos que asumir, que Cristina Cifuentes y Elena Valenciano han mentido en sus currículum, han manipulado la verdad, datos que sólo ellas sabían, y es que no habían terminado sus estudios, o ni siquiera los habían realizado, falsificando sus propias acreditaciones, estudios o formaciones profesionales, lo que me lleva a pensar, ¿porqué de la misma manera, no se asume que las mujeres mienten de la misma forma que Cristina y y Elena, cuando deciden separarse de su pareja sentimental, y hay en juego una casa, un hijo y mucho dinero?.
¿Por qué una mujer no puede poner mentiras en una denuncia de malos tratos?
Estoy triste, porque hoy se va una mujer al garete, que ha acreditado en todo momento que nunca ha mentido, o sí, porque no tenía motivo, o sí, y porque no ganaba nada con ello, o sí.
¿O es que acaso, esto es un claro ejemplo de los cientos de miles de casos de mentiras, de manipulaciones y denuncias falsas que a diario se sufren?
¿Es acaso una muestra de que nos están engañando?, ya que las mujeres mienten, falsean, y manipulan la verdad, como cualquier ser humano, con tal de conseguir un objetivo y lo ocultan tras acusaciones a todo lo que se mueve de machismo, y heteropatriarcado…