Luis Bru.
Tabarnia, la idea que pone en ridículo al separatismo y muestra sus contradicciones internas, toma cada vez más fuerza. Empezó medio en broma, medio en serio, y ya es una realidad de movilización de la sociedad civil, Cientos de miles de tabarneses han tomado el centro de Barcelona, comenzando con una ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova, un patriota español austracista, cuya memoria histórica es mancillada por el separatismo. El portavoz de la Plataforma por Tabarnia, Jaume Vives, ha asegurado que «Rafael Casanova nos pertenece» y ha defendido que el hecho de que el soberanismo se referencie en su figura es «la gran demostración de como han falseado la historia«. Luego se han trasladado pacíficamente hasta el Palau de la Generalitat.
Los manifestantes han llevado pancartas como «Seny y senyera, Tabarnia se queda«, «Como Casanova, defiendo España«, «Somos y seremos españoles», «Un, dos, tres, botifarra al procès» y algunas caretas de Albert Boadella. En la calle, muchas banderas españolas, así como también hay de Tabarnia y otras pocas catalanas. La movilización llama a «todos los tabarneses, catalanes, españoles y europeos» a «exaltar la fraternidad y el optimismo frente a la búsqueda de la ruptura y la falsa diferenciación«, según reza la convocatoria de la misma.
El presidente de la asociación Plataforma por Tabarnia, Miquel Martínez, ha asegurado que llegarán «tan lejos como el independentismo quiera llegar«, con lo que, si ellos vuelven a presentar una declaración unilateral de independencia, Tabarnia presentará un plan alternativo. Martínez ha aclarado que Tabarnia «no será un partido político» y que no tiene apoyo de ningún partido porque, según Martínez, no lo necesita, aunque sí ha aclarado que ellos apoyan a los partidos constitucionalistas.