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Elogio envenenado de Josep Lluís Trapero

Redacción




Josep Lluís Trapero. /Foto: elconfidencial.com.

Enrique de Diego.

Usted, Josep Lluís Trapero, merece un encendido elogio como falsario y traidor. Ha engañado usted a jueces, fiscales, al coronel Diego Pérez de los Cobos, al delegado del Gobierno, Enric Millo, al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Ha ido usted, ha traído, se ha cubierto las espaldas, ha emitido notas evasivas, ha dado órdenes que eran una tomadura de pelo, más propias para ir al recreo del colegio. No voy a quitarle méritos en su doble juego, aunque he de decir que Mariano Rajoy, en su cobardía patológica, quería ser engañado. A mi, que no soy muy listo, no me ha engañado en ningún momento y he descrito por activa y por pasiva como iba a actuar usted y que los mossos se iban a inhibir. Va de suyo, los mossos son una policía política que sirve a la mitad o menos de la sociedad catalana y usted más que un policía, Josep Lluís, es un político con uniforme.

Rajoy, y de ahí para abajo, han vivido la quimera de usted y los mossos iban a atenerse a la legalidad y a obedecer las órdenes judiciales, de forma que se encargarían de mantener el orden e impedir el referéndum. Era una ficción, un imposible metafísico y probablemente Rajoy fue el último en darse cuenta del engaño. Eso no pudo suceder nunca. Y, sin embargo, hubiera hecho usted un gran bien a Cataluña y a los catalanes, evitando conflictos futuros y males mayores, porque igual que era fácil prever que usted y los mossos no iban a cumplir con su deber y se iban a mantener con los brazos cruzados, es aún mucho más fácil atisbar que Cataluña va hacia el caos y la anarquía, hacia la miseria y el conflicto, con una revolución fuera del tiempo histórico, una alucinación colectiva.

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Usted ha hecho mucho daño a Cataluña y a los catalanes y el tiempo lo dejará claro y su gloria de ahora será su miseria de mañana. La deslealtad y la traición no son nunca buenos caminos para edificar el futuro. Esto, Josep Lluís Trapero, no ha hecho más que empezar y cuando los enemigos salen de sus escondites a la luz del día pierden todo su peligro. En usted ya no va a confiar nadie, ni los suyos; es la ley universal que castiga a los traidores y los que devalúan su palabra.

Sólo la profesionalidad de los guardias civiles y los policías nacionales ha evitado consecuencias luctuosas, pues en algunos vídeos se ve como algunos mossos actuaron como macarras y delincuentes, provocando situaciones de extraordinaria gravedad para buscar el aplauso fácil. Tales acciones entre gente armada es de una irresponsabilidad supina.

Usted, Josep Lluís Trapero, es el mismo que no tomó la mínima medida de seguridad después de que le avisaran de que se preparaba un atentado en Las Ramblas; el responsable último de que los suyos fueran incapaces de detectar que en Ripoll -10.000 habitantes, que no es Nueva York- una docena de jóvenes islamistas querían matar, y lo ponían en su facebook; usted es el inútil total que trató la impresionante explosión de Alcanar como un mero accidente en un laboratorio clandestino de droga; usted el incompetente que teniendo accidentado a uno de los terroristas no le interrogó. Usted, en tanto que policía, es un inútil total.

En tanto que político con uniforme, que es lo que usted, Josep Lluís, es, es un demagogo y un trapacero, que ora acude ora falta a las reuniones en las que usted no se iba a coordinar, porque usted es el major de la «policía del pueblo«, como usted dijo con falsete jacobino.

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En cuanto traidor, usted lo ha bordado, con las salvedades del comienzo. Deseo que usted pague por su infamia ante los tribunales. Permítame que le diga que usted no tiene dignidad; que no merece llamarse policía.