
Editorial
En Francia, Marine Le Pen ha abierto y despejado el camino. Once millones de franceses han optado por Marine Le Pen y su oferta identitaria, que pasará a llamarse Alianza Patriótica y Republicana.
Las ideas patrióticas contra la globalización, la defensa de la identidad frente a la islamización han tomado carta de naturaleza, han roto todos los cordones sanitarios y han sido difundidos a pesar del tenaz silencio mediático y de las campañas crispadoras.
España no puede y no se va a quedar fuera de este gran movimiento de defensa de la identidad nacional y de protección a los indefensos frente a la expoliación de las élites y los conflictos de la inmigración invasiva.
El ambiente ya está maduro. La base social es cada día más fuerte y extensa. El gran partido patriótico será una realidad en España más pronto que tarde.