
Editorial
No se puede obviar por más tiempo, ni mirar para otro lado: el integrismo musulmán ha establecido el designio del genocidio de los cristianos, a los que despectivamente llama nazarenos y está funcionando con frecuencia insoportable en Tanta, Alejandría, Londres o Estocolmo. O se acaba con el integrismo o el mundo está abocado a una tragedia general. Esto es una guerra, sucia, en toda regla, y hay que asumirlo.
Es preciso dejar de repetir monsergas mentirosas como que la seguridad no puede ser completa. Con estos dirigentes y con estas políticas, la inseguridad es completa. Se ha perpetrado un desarme unilateral que ha de ser corregido de inmediato. Hay que asumir, insistimos, como dijo Giovanni Sartori que estamos en guerra con el islam y si no se acepta, la perderemos y será una hecatombe para la humanidad.
Es irrelevante que un porcentaje elevado de la población occidental se considere atea, agnóstica y laicista, e incluso manifiestamente anticristiana; para los musulmanes todos son cristianos o cruzados, en el argot islamista. Los integristas, que no son extraterrestres, que son lisa y llanamente musulmanes, cuya fuente de inspiración es El Corán, deben ser combatidos interna y externamente por la comunidad internacional. Estados Unidos, que ha creado en buena medida el problema con la primavera árabe antes de la cual existían dictaduras mucho más benignas que el pandemónium actual, tolerantes con la minoría cristiana, han de volver a cordura y liderar ese combate de inteligencia, servicios de información y acción bélica constante.
No solo, aunque preferentemente, en el foco del mal contra el Daesh sino en todas las naciones donde el integrismo ha tomado alas, y también en cada de las naciones occidentales implicando a la llamada comunidad musulmana o poniéndola fuera de la Ley si no colabora y cercana su problema interno.
Estamos ante una guerra sucia y milenarista de un mundo parasitario y anquilosado que exhibe sus frustraciones mediante una violencia irrestricta. ¡Parad el genocidio de los cristianos!