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Médicos Sin Fronteras o la piratería “humanitaria”

Redacción




Uno de los barcos de Médicos Sin Fronteras. /Foto: teinteresa.es.
Uno de los barcos de Médicos Sin Fronteras. /Foto: teinteresa.es.

Luis Bru

Los botes venían hacia nosotros repletos de personas en estado de pánico. Había tal tensión, que muchos saltaron a nuestras lanchas y tuvimos que rescatarlos de agua, y cuando los subíamos a la lancha empezaron a pelearse. Vivimos una situación de completo caos«, cuenta Sebastian Stein, coordinador de Médicos Sin Fronteras a bordo del buque de rescate Bourbon Argos. En cuatro días, los barcos de Médicos Sin Fronteras han rescatado a más de 3.000 mujeres, niños y hombres.

Así se lee en la web oficial de la ONG internacional. En 2015, Médicos Sin Fronteras lanzó varias operaciones de búsqueda y salvamento en Mediterráneo y en el Egeo.

Según reseña la ONG en su web oficial, “cientos de miles de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes desesperados pagan a los traficantes de personas grandes sumas de dinero –en ocasiones los ahorros de toda una vida– para cruzar el mar y alcanzar las costas europeas. La mayoría lo hace cruzando el Mediterráneo oriental desde Turquía hasta Grecia, un viaje que puede durar entre 45 minutos y tres horas. Otros parten hacia Italia desde Libia, una travesía que puede prolongarse varios días. Los naufragios son habituales, especialmente si hace mal tiempo, porque las embarcaciones suelen ser lanchas neumáticas o barcos de pesca desahuciados. A menudo los traficantes hacinan a los pasajeros hasta superar con creces la capacidad de estas embarcaciones y los abandonan a su suerte en el mar, sin dispositivos de navegación y con escaso combustible. No es de extrañar que muchas embarcaciones corran peligro de naufragio nada más zarpar. En 2015, más de 3.700 personas perdieron la vida intentando llegar a Europa de esta manera”.

Médicos Sin Fronteras afirma que en 2015 ayudaron a más de 23.000 personas en peligro de naufragio, en un total de 120 misiones de salvamento, bien mediante rescate directo del mar bien en operaciones de traslado desde o hasta otros buques de salvamento.

Entre mayo y septiembre, MSF colaboró con la ONG Estación de Ayuda al Migrante por Mar (MOAS); en esta primera operación, un equipo médico de MSF viajaba en el barco M.Y. Phoenix de MOAS para prestar asistencia a los rescatados. Este buque rescató y asistió a 6.985 personas, la gran mayoría procedentes de Eritrea. El equipo de MSF realizó casi 1.650 consultas médicas, y todas aquellas personas que requerían atención adicional (como las mujeres embarazadas) fueron derivadas al Ministerio de Salud de Italia al desembarcar.

Un segundo barco, el Bourbon Argos, con capacidad para 700 personas, estaba tripulado por un equipo experimentado de búsqueda y salvamento y contaba con 10 trabajadores de MSF a bordo. El Bourbon rescató a 9.560 personas durante sus ocho meses de trabajo y dio atención médica a más de 4.440 personas.

Un tercer barco, el Dignity I, zarpó de Barcelona en junio con una tripulación de 18 personas, incluyendo el personal sanitario. Tenía capacidad para 300 pasajeros, y a lo largo de los seis meses de misión rescató a más de 6.000 personas, sobre todo frente a las costas de Libia.

Pese a que el tiempo no dejaba de empeorar, en noviembre de 2015 unas 150.000 personas cruzaron el mar desde la costa turca en dirección a las islas griegas y la mayoría tocó tierra en Lesbos. Entre septiembre y noviembre, más de 320 personas, principalmente niños, habían sucumbido a la travesía. Por esta razón, MSF empezó a colaborar con Greenpeace en este sector del Mediterráneo. Entre el 7 y el 28 de diciembre, fueron asistidas 6.055 personas en 143 intervenciones: 455 personas fueron directamente sacadas del mar, mientras que el resto pudieron ser guiadas o remolcadas a un lugar seguro. Otro equipo de MSF daba atención médica en el punto de desembarco; 30 personas tuvieron que ser trasladadas a hospitales debido a la gravedad de su estado o a los traumatismos sufridos.

Todo esto es muy épico. Pero apliquemos a todo este escenario el análisis de las escuelas de las expectativas racionales y de la public choice. Tenemos que Médicos Sin Fronteras, y otras ONG, tienen tal poderío económico como para mantener una flotilla de barcos en el Mediterráneo y en el Egeo. Citan tres. Parece que hay otros barcos de otras ONG y de algún millonario “humanitario”.

Las mafias a las que se refiere Médicos Sin Fronteras enviarán cada vez más atestados los barcos, y ganarán más dinero, porque en sus expectativas racionales está la flotilla “humanitaria”. De esa manera, se forma una simbiosis. Hay una piratería “humanitaria” que colabora, tácitamente, con las mafias. Además, para Médicos Sin Fronteras, y las otras ONG, la inmigración se ha convertido en un mercado, en un negocio, a su manera: tienen barcos, personal cualificado, todo un despliegue. En los anuncios para pedir dinero se presentan en naciones del tercer mundo, pero están colaborando en el efecto llamada.

Cuanta más inmigración hacia Europa haya mejor le irá a Médicos Sin Fronteras: más barcos, más personal, más fondos. Cuanto más efecto llamada haya, más muertos, y más barcos, más personal, más fondos para Médicos Sin Fronteras y las otras ONG. Si no hubiera ninguna posibilidad de asilo, es obvio que descenderían los muertos en el Mediterráneo, pero Médicos Sin Fronteras tendría menos barcos, menos personal y menos fondos. El falso humanitarismo de la corrección política tiene un efecto perverso altamente destructivo, pero muy rentable para quienes lo practican.

Estas flotillas “humanitarias” están coordinadas con los barcos militares que, de manera indirecta, también colaboran con las mafias migratorias. Recientemente, se daba la noticia de que la fragata ‘Navarra’ había rescatado a 394 hombres, 101 mujeres y 83 niños que intentaban llegar a Europa a bordo de varias embarcaciones neumáticas, todas ellas de tan sólo unos 12 metros de eslora. La fragata, que cuenta con una dotación de más de 200 militares, se encuentra desplegada en la misión de la Unión Europea EUNAVFORMED SOPHIA, de lucha contra el tráfico ilegal de personas en el Mediterráneo central. Pero es obvio que no luchan contra el tráfico ilegal, sino que colaboran con él: las mafias ya no tienen ni que preocuparse de asegurar la arribada a las costas europeas, de eso se encargan la Armada española, la italiana…y la flotilla “humanitaria” de Médicos Sin Fronteras.