Pablo Barrón. Delegado de RL en Galicia.
A nadie se le escapa ya que habrá un antes y un después en el PSOE gallego, tras el movimiento iniciado en Ferrol, por Beatriz Sestayo.
De hecho con la boca pequeña, ya comentan que ese movimiento, será el punto de partida para hacer lo mismo en La Coruña y tal vez en Santiago, aunque en la capital no se exteriorizan tanto los problemas ni internos ni externos. Eso sí, es inútil intentar que lo reconozcan en público. La palabra clave es moción de censura, algunos callan y todos la niegan, pero estan cerca cerca de ejecutarla coordinada entre los populares y los socialistas buenos. Mientras tanto…
Fuentes oficiales de Ferraz, lo confirman, se ha recibido el informe remitido por la dirección ferrolana del PSOE, también se envió a la ejecutiva provincial, como trámite por que los hechos confirman que sólo hablan cuando lo hace Ferraz.
Se activa, por tanto, el pacto antitransfuguismo, un organismo formado por distintas formaciones políticas, dirimirá, por tanto, en qué situación quedan las concejalas de Urbanismo, María Fernández Lemos, y de Zona Rural y Conservación do Patrimonio, Rosa Méndez, que actualmente continúan en el gobierno pero en la condición de edilas no adscritas pero que la secretaria local del PSOE en Ferrol, Beatriz Sestayo, y su equipo consideran tránsfugas.
El sabio refranero español dice aquello de «cuando las barbas de tu vecino veas mojar pon las tuyas a remojar» y eso es lo que están haciendo los socialistas coruñeses..
Se planteó la entrada del PSOE en el gobierno local. Ahora gracias a Sestayo, saben en La Coruña como doblegar a la Marea, les pedirán la alcaldía o se planteará una moción. El PP tiene claro que la renta de hacer «un Cospedal» es eliminar del panorama municipal a la Marea, que ya es baja a nivel autonómico y estatal y por supuesto están dispuestos.
Por eso, estas conversaciones se mantuvieron en un segundo plano sin explicitarse claramente por ninguna de las partes qué se estaba haciendo ni qué iba a ocurrir. Las dos partes quieren un tiempo de reflexión. El PSG para esperar instruciones de Madrid y la Marea, para aprender como initentar evitar la moción.
Reconocen los socialistas que en estas conversaciones se ha trasladado una necesidad de mejora de la gestión municipal que la ciudadanía percibe como paralizada y es necesario un cambio de rumbo.
Se sabe que con un equipo en minoría, sin negociar adecuadamente con el resto y sin garantizar el cumplimiento de las cuestiones que se aprueban, es muy dificil gobernar.
Se han alcanzado acuerdos, pero el PSOE no cuenta con las garantías de que esos acuerdos se lleven a la práctica y ahora hay preocupación.
Están convencidos que había que darle una oportunidad a la Marea para que pudiera desarrollar el proyecto político, que » vendían» como renovador y antagónico al Popular.
El socialismo esperaba que la Marea asumiera que su minoría comportaba la necesidad de diálogo, consensos, acuerdos, lo que sin embargo esta fuera de las entendederas e ideario de los radicales. Tal y como se ha evidenciado esa fórmula no ha sido la adecuada y quieren probar una nueva que mejore la vida de los ciudadanos.
Poco o nada más filtran intencionadamente los socialistas, que insisten en que ahora sí se están moviendo…
Por la otra parte el gobierno local reiteró su interés en seguir en solitario, con mano tendida para colaborar en todo y aceptar aquellas propuestas que quieran los socialistas, pero desde fuera.
En el más puro estilo Pablo Iglesias, lejos de amilanarse o cuando menos analizar las peticiones, creen que si el PSOE quiere algo más primero debe demostrar sus intenciones colaborando en las ordenanzas fiscales, los modificativos pendientes y los presupuestos.
Dan largas hasta enero para una negociación en la que, antes de empezar, quieren el apoyo de los ediles de José Manuel Dapena.
Casi nada, como hasta ahora, tú dame que yo ya veré, que soy el más guapo y el más listo de la clase…
Las críticas vertidas por los de Dapena desde la pérdida de los fondos FEDER tampoco contribuyen, a una negociación de acuerdo de gobierno. Están ofendidos por criticarles un fallo clamoroso y sin paleativos. Les piden humildad y dicen que no están en disposición de exigir nada.
El último problema es el de siempre, el discurso de cómo interpretarían las bases las posibilidad de llegar a un acuerdo que de estabilidad a lo que queda de mandato, según los estatutos del partido las bases deben ser consultadas antes de la firma de un pacto de cualquier tipo, y éstas parece que tienen algun veto a los nombres socialistas.
Dificil, e incómodo socio de gobierno. Por eso y por mucho másla moción de censura, se está cocinando con un PP, atento y paciente recuperando el poder autonómico y estatal que luego facilita tanto la gobernabilidad municipal.
Tengo que dejarlo aquí, no puedo contaros más.