Virginia Montes
No es una moda, no es una excentricidad, es la manifestación de la opresión machista musulmana sobre la mujer y del islamismo radical en las playas. Socialistas, republicanos y el Frente Nacional coinciden en el consenso contra el burkini.
A pesar de la recomendación del ignorante ilustrado, Ignacio Escolar, que recomienda el burkini como un ejercicio de libertad y diversidad, toda Francia se está levantando contra esa prenda de esclavitud y fundamentalismo.
Se van sumando ayuntamientos a la prohibición. Una docena de municipios han prohibido ya en Francia el uso del burkini en sus playas, informa el diario Nice Matin. A Cannes, Villeneuve Loubet y Mandelieu se han sumado Saint Jean Cap Ferrat, Beaulieu sur Mer, Eze, Villefranche y Cap d’Ail, lo que eleva a ocho las prohibiciones en la Costa Azul francesa. En el resto de Francia, Sisco, en Córcega, Le Touquet y Oye Plage, en el norte, y Leucate, en el sureste, han adoptado esa misma prohibición o anunciado su intención de hacerlo en próximos días.
Los alcaldes partidarios de la prohibición han recibido el apoyo de Manuel Valls, que, en una entrevista al diario La Provence, consideró que esa prenda «no es compatible» con los valores de Francia. «Las playas, como todo espacio público, tienen que preservarse de toda reivindicación religiosa», opinó el primer ministro, para quien el burkini «no es una nueva gama de trajes de baño, una moda», sino «la traducción de un proyecto político, de contrasociedad, basado principalmente en el sometimiento de la mujer».
El partido conservador Los Republicanos, principal grupo de la oposición, y al que pertenecen buena parte de los municipios que han vetado el «burkini», no se ha posicionado como tal contra esa prenda, pero algunos de sus representantes reclaman al Ejecutivo medidas específicas.
Los franceses ya no soportan el islamismo radical
Legislar «es lo mínimo que debe hacer«, ha dicho la diputada europea y candidata a las primarias de Los Republicanos, Nadine Morano en el diario Le Figaro , donde acusa al Gobierno de laxo.
«El burkini es el velo integral en la playa. Es una publicidad ambulante para el islam radical que los franceses ya no soportan. Propongo endurecer la ley«, pidió Morano, que propone expulsar del territorio a aquellas mujeres reincidentes que no sean de nacionalidad francesa.
El exprimer ministro conservador François Fillon se limitó en Twitter a respaldar a quienes han vetado el burkini, mientras que la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, se alineó con Morano al decir que ese bañador islámico «debe ser proscrito de las playas francesas. Es una cuestión de laicismo republicano, de orden público, ciertamente; pero más allá, se trata de la esencia de Francia: Francia no encierra el cuerpo de la mujer, no esconde a la mitad de la población bajo el pretexto erróneo y odioso del miedo a la tentación de la otra mitad».