Luis Bru
El alucinado movimiento táctico de Mariano Rajoy, personaje que ha perdido el sentido de la realidad, de tender la mano a un PNV en pleno pulsión secesionista, ha tenido poco recorrido. El PNV se ha permitido dar unas calabazas rotundas a un Mariano Rajoy que depende del PSOE para poder ser investido y luego también para poder gobernar.
Mariano Rajoy, que con este movimiento ha demostrado carecer de principios y ser un hombre totalmente corrompido por el poder, ha de esperar a lo que los socialistas decidan el sábado, siendo todo lo demás una completa farsa.
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban ha explicado su rotundo rechazo, tras reunirse en Moncloa con Mariano Rajoy: «Queremos un cambio de actitud a la hora de relacionarse con el PNV y con la Comunidad Autónoma Vasca que no se puede probar ni en dos días ni en dos meses. No nos negamos al diálogo; si nos quieren volver a llamar, acudiremos, pero nuestras posturas han estado tan alejadas en los últimos cuatro años y medio que va a ser muy difícil arreglarlo en poco tiempo». Aitor Aguirre ha indicado que no han entrado a fondo en la cuestión del acercamiento de presos porque el desencuentro es general.
Se mostró molesto con los socialistas por sugerir que el PP negocie con fuerzas de su misma orientación ideológica, cuando es una cuestión entre el PP y PSOE. No quiso entrar a valorar la posibilidad de un gobierno entre el PSOE y Podemos, como ha vuelto a plantear Pablo Iglesias. El PNV sólo ve una alternativa: «o terceras elecciones, o Gobierno del PP».