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Almogávares en la conquista de Canarias

Redacción




 

Guillermo Rocafort

Uno de los episodios más fascinantes de la Historia de los almogávares es el relativo al papel decisivo que desempeñaron en la Conquista de las Islas Canarias y en particular de Gran Canaria y Tenerife. Y seguiremos la senda de este magnífico relato acompañando a su principal protagonista, el Adalid Hernán Guerra, cuya vida sería digna de una magnífica novela que no descarto para el futuro, por cuanto tiene todas las dosis de aventuras, glorias y desgracias, así como los sustanciales elementos que marcarían la vida de un hombre almogávar de frontera como él.

Vamos por tanto a destacar aquellos datos biográficos e hitos históricos que nos permitirán concluir que aquí fueron los almogávares los verdaderos motores de la expansión española allende los mares, siendo como fue, las Islas Canarias, el trampolín, el puerto de paso, la necesaria parada y fonda por donde las naves que fueron a América y a los confines de la tierra hacían su obligado alto.

1. Los orígenes de Hernán Guerra se pueden localizar en la Nueva Castilla, en lo que hoy se denomina erróneamente como Andalucía, y desde allí dio el salto a Lanzarote, donde estuvo como poblador hasta 1476 en que se vio obligado a exiliarse a la Península por la persecución a la que se vio sometido, junto con sus compañeros, por Doña Inés Peraza, la Señora nobiliaria de aquella Isla. Aquí vemos un síntoma distintivo de los almogávares, como era su enfrentamiento con la nobleza de sangre y el choque de mentalidades entre los que instan la servidumbre y el feudalismo, como los nobles de la época, y los hombres auténticamente libres.

2. En cuanto a su ocupación, podemos concluir que fue mayormente el comercio y la depredación con las islas todavía no sometidas, en particular Gran Canaria y Tenerife. Las entradas o razzias almogávares fueron reiteradas en Gran Canaria, con resultado no siempre favorable, pues a consecuencia de una de ellas nuestro protagonista quedó cautivo. Se dijo de él «que hera onbre que mucho savía en las dichas yslas e dellas, almogavareando e faziendo entradas e salidas como almogávar». Vemos aquí otro elemento distintito de almogávar como era el conocimiento del terreno y de todos sus secretos, lo que facilitaría su posterior conquista definitiva bajo los pendones de los Reyes Católicos y con su figura como Adalid Mayor, así como la prosperidad económica y social que adquirían gracias a este tipo de empresariado del botín, lo que les permitía alcanzar un patrimonio considerable.

3. Con carácter previo a la gran campaña para la toma de Gran Canaria, Hernán Guerra fue un activista contra la servidumbre nobiliaria a la que estaban sometidos en Lanzarote y protagonizó dos revueltas, sofocadas sangrientamente, en las que su objetivo era que aquella Isla fuera declarada de Realengo, esto es, sometida a la directa jurisdicción de los Reyes Católicos y evitar así la continua extorsión nobiliaria a la que estaban sometidos. Efectivamente, los almogávares no se encontraban a gusto bajo la servidumbre nobiliaria y abogaban por una mayor libertad bajo la tutela real. Así lo expresaba el propio Hernán Guerra: “E que sabe que, en este año, que agora pasó, de mil quatroientos e setenta e seys años, los vesinos de la dicha ysla de Lancarote, syntiéndose por agraviados e fatigados por los dichos Diego de Ferrera e su muger asy tener la dicha ysla, entendiendo que la tenían ynjustamente, e que ellos eran de la Corona Real de Castilla…” 

4. El propio Adalid almogávar fue obligado a exiliarse a Castilla después de sufrir tormento atroz, mientras que su familia permaneció escondida durante varios años en unas cuevas y grutas inaccesibles y de la Isla y sus propiedades en Lanzarote eran confiscadas o destruidas. Durante el tiempo que estuvo en Castilla, muy próximo a los Reyes Católicos, logró convencerles que la posibilidad de conquistar Gran Canaria, los cuales le nombraron Capitán de dicha empresa con la retribución de su rango y empresa y con el cargo de Gobernador de la Isla. De lo anterior podemos concluir que al igual que pasó con Cristóbal Colón, lo que hoy y entonces se denominaba aventureros locos, no lo eran tanto, pero que lo más importante es que tenían acceso directo a los Reyes y que éstos eran sensibles a sus iniciativas. Por otro lado vemos que lo que empujaba a la frontera y nuevas conquistas a esta clase de hombres no sólo era la legítima ambición sino la presión en la retaguardia de los nobles y de sus arbitrariedades.

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El final trágico de los hombres de frontera

5. El final de Hernán Guerra está a la altura del que tuvieron personajes de la talla en el firmamento almogávar como Roger de Flor o Berenguer de Rocafort, esto es, fue víctima de la traición que suele acabar con las vidas de los grandes hombres de frontera que sufren un final de espanto de manos de los poderosos que en sus cómodas poltronas deciden el destino de los principales actores de la Historia. Eduardo Aznar Vallejo lo relata de la siguiente manera en su magnífico artículo “La transmisión del Señorío de Canarias en el siglo XV. Nuevos documentos y nuevas perspectivas.”:El informe acerca de los servicios de Hernán Guerra es aún más revelador. El mismo presenta a Hernán Guerra como inductor de la conquista de Gran Canaria, al entrevistarse con el rey en el Alcázar de Sevilla y darle relación escrita de la población, lugares, gente de pelea y tamaño de la isla. En algunos testimonios del citado informe se le hace compartir dicho papel con Pedro de Alday y otros vecinos de Lanzarote, significándose el reconocimiento de Juan Rejón a su intervención. El origen de la actuación de Guerra y sus compañeros en este asunto hay que buscarlo en el conflicto que enfrentó a Inés Peraza y Diego de Herrera con sus vasallos. El ejemplo más claro es el del propio Hernán Guerra. La enemistad de los señores provocó, en primer lugar, su prisión en Fuerteventura y su posterior traslado a Lanzarote para ser sometimiento a “cuestión de tormento”. De todo ello pudo huir gracias a la intervención de un amigo. La segunda consecuencia fue la confiscación de sus bienes y el derribo de su vivienda. Las repercusiones terminaron alcanzando a su familia, que hubo de ser escondida por los amigos, andar huida por la Sierra y retraida en una iglesia, hasta ser sacada de la isla por un navío de la flota para la conquista de Gran Canaria, para no ser desterrada a Cabo Verde. La persecución de los señores llegó al punto de enviar mensajeros a un mencey de Tenerife, “muy amigo de Hernán Guerra”, avisándole del papel de éste en la conquista de Gran Canaria y su designio de hacer lo mismo en Tenerife, lo que provocó su muerte “a traición” y a pesar de “estar sobre seguro”. Consecuencia de este enfrentamiento es el importante contingente de vecinos de Lanzarote, Fuerteventura y otras islas de señorío que pasaron a la conquista de Gran Canaria. Siguiendo siempre con el ejemplo de Hernán Guerra, hay que recordar que en dicha empresa fue “adalid mayor” y “piloto de los puertos y abras”. Estos cargos estaban en relación con su conocimiento de las Islas, tanto de Gran Canaria, donde estuvo cautivo; como de las otras, en las que hacía cabalgadas o, como dice informe, andaba “almogavareando”. Por ello Juan Rejón y Pedro de Algaba “le encomendaban muchas cosas de la conquista de Gran Canaria y Tenerife”.Juan Rejón en La Gomera, a instigación de Hernán Peraza, hijo de Herrera. Ello cobra mayor verosimilitud si aceptamos la versión de Sedeño, Escudero y Abreu Galindo, que presentan al airado Rejón efectuando tiros contra los servidores del señor. La experiencia de estos “almogávares” siguió siendo útil en las operaciones que precedieron a la conquista de La Palma y Tenerife. En este caso podemos utilizar el ejemplo de Juan Mayor, vecino de El Hierro, y Antón Viejo, vecino de La Gomera. Juan Mayor fue uno de los representantes vecinales de Lanzarote en el pleito contra sus señores. También fue testigo en La Pesquisa de Cabitos, en la que se mostró defensor de los derechos reales y confesó haber participado en acciones contra “las islas de infieles” a las órdenes de Diego de Herrera. Llegó a ser alguacil mayor de Gran Canaria y experto en las presas en La Palma, “porque conoce muy bien a los de guerra y a los de paces, porque ha mucho que conversaba con ellos”. Antón Viejo, por su parte, participó en la conquista de Gran Canaria, isla en la que residió cuatro años y recibió tierras, pasando luego a La Gomera. Fue autor de las primeras paces con La Palma e intervino en la conquista de Tenerife, en unión de Juan Mayor.

En definitiva nos encontramos con una descripción sintetizada de lo que fue un enigma más ahora descubierto del papel de los almogávares en la Conquista de las Islas Canarias, tan vinculadas a España, a través de uno de sus principales protagonistas. En este sentido las Informaciones de mérito sobre la Conquista de Gran Canaria son fuente histórica primaria indiscutible y la correspondiente a la instada por Catalina Guerra , acreditativa de los méritos de su padre, Fernán Guerra, que data de 1502 y que todavía hoy se conserva, es la más relevante.

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