Enrique de Diego.
Lo que le pierde a Donald Trump es que siempre actúa a medias tintas. Amaga y pega mal, a los mindundis pero nunca al centro de la cuestión. Como cuando dijo, en los debates durante su primer mandato, que a la vista de los indicios y evidencia iba a tener que meter en la cárcel a Hilary Clinton y una delincuente al por mayor que debería estar en el corredor de la muerte campa a sus anchas y emerge para azuzar las protestas de Los Ángeles e intensificar el relato de un Trump violento, peligro para la democracia, cuando es Hilary el peor peligro para las libertades.
Debe decretar la Ley de Insurrección y detener al gobernador de California. Ahora el FBI dice que va a investigar quién financia y está detrás de los alborotadores y vándalos contra la propiedad privada. Le doy una pista segura: investiguen a la Open Society de George Soros y su hijo marica Alexander. Y si se demuestra, que todo el peso de la Ley caiga sobre ellos, ya sea cadena perpetua o pena de muerte, mil veces merecida por traidores a la Patria.
La inmigración ilegal se corta poniendo sanciones a los empresarios que se lucran con inmigrantes ilegales. Hay que ir a por ellos de una vez.
Está bien haber cortado los suministros públicos de USAID, pero hay que cortar todos los expolios al contribuyente, ya sean de Elon Musk de la escoria de Harvard.
Mi postura es que Donald Trump va detrás de los acontecimientos. Esta lucha es con dominaciones y potestades. Hay que detener de una vez por todas a Bill Gates, que es un descerebrado canalla, por el genocidio de las timo vacunas, por contra ahora anda predicando el soplagaitas que va estallar la guerra. Ésta va estallar si no se le detiene y condena a muerte a un psicópata que ha matado y provocado la infertilidad a gran escala.
Bien está que Robert F Kennedy despida a todos los del Comité de timo vacunas por conflicto de intereses pero eso tiene que dirimirse en los jugados. Es un secreto a voces que cobra de Pfizer y de Moderna, pero todos merecen la pena de muerte por haber avalado negocios sucios y letales de las farmacéuticas, que han pagado con sus vidas o co lesiones de por vida los niños.
Donald Trump no tiene que preocuparse por la reelección. Tiene que volver al mundo como un calcetín. Nunca tanto dependieron tanto de un solo hombre.