Enrique de Diego.
En la escombrera putrefacta en que ha degenerado el Gobierno de España con Perico Sánchez. Mónica García, ministra de Sanidad. no brilla pero tampoco desmerece. Es sumisa hasta decir basta los malditos y criminales globalistas. Aplaude como una foca sus torpes designios de exterminio, a los que se presta con la coartada de que esa mentira cochina es ser de izquierdas.
La MeMa -acrónimo de Médica y Madre, por su insistencia en tales prendas-, divorciada -su ex no ha podido soportarla y la dejado siendo ministra- protagonizó la escena más delirante durante la plandemia cuando puso una foto corriendo, por las empinadas calles de Cercedilla corriendo mientras lucía una patética mascarilla. Homenaje lacayo al asesino en serie Anthony Fauci.
Un gesto inicuo contrario a la salud pero un homenaje a los dictados absurdos y liberticidas del engaño criminal. Actitud en la que persiste aplaudiendo como una foca por un miserable puesto en la genocida OMS, gobernada por un terrorista, y aprobando el tratado de plandemias. Irrisión que nace muerta.
Esta señora no es derechas ni de izquierdas sino un lodazal de vanidad y codicia que chapotea en el oscuro lodazal de los malditos globalistas. ¡Qué asco de personaje!