A sus 17 años, Lamine Yamal se ha convertido en la joya de la corona del FC Barcelona, pero también en un dolor de cabeza para Joan Laporta. El joven extremo está exigiendo un salario que lo colocaría como el mejor pagado del club, superando incluso los 26 millones de euros brutos que percibe Robert Lewandowski y acercándose a las cifras de Ansu Fati. Una pretensión desorbitada para un adolescente que, aunque apunta a estrella mundial, aún no ha consolidado su carrera al máximo nivel.
El Barça, con Laporta al frente, atraviesa una situación económica catastrófica. Las arcas del club están bajo mínimos, con deudas acumuladas y un límite salarial que asfixia cualquier movimiento. Sin embargo, Yamal y su entorno no parecen dispuestos a ceder. Su familia, liderada por su padre, Mounir Nasraoui, lleva un tren de vida ostentoso, con gastos que reflejan su confianza en el brillante futuro del joven. Este estilo de vida, lejos de ser discreto, ha generado críticas entre los aficionados, que ven con recelo cómo la familia presiona para maximizar los ingresos de Lamine.
En el trasfondo de esta negociación, emerge la figura de Jorge Mendes, el poderoso agente que ahora representa a Yamal tras una sorprendente traición a Iván de la Peña, quien había sido clave en los primeros pasos del jugador. Mendes, conocido por su habilidad para exprimir al máximo los contratos de sus representados, parece dispuesto a sacarle hasta el último euro a un Laporta que no tiene margen de maniobra. El agente sabe que Yamal es el futuro del Barça y no dudará en usar esa baza para engordar las arcas de su cliente.
Por si fuera poco, el club planea un movimiento simbólico: quitarle el dorsal 10 a Ansu Fati para dárselo a Yamal. La idea es convertir al joven en la gran estrella mediática del equipo, un reclamo para vender camisetas y aumentar los ingresos comerciales. Como dijo Johan Cruyff, si con 17 años Yamal ya pide estas cifras, ¿qué exigirá con 21? Lionel Messi, en su momento, también fue elevado a la categoría de intocable, con contratos millonarios que terminaron contribuyendo al colapso financiero del club. Si Laporta cede ante las demandas de Yamal, podría estar entregándole la llave del club a un adolescente, repitiendo los errores del pasado que dejaron al Barça sin dinero y al borde del abismo.