Javier de la Calle.
Un gran jugador, Alex Bernal, un centrocampista del CD Eldense, qie quizás no recibe cifras multimillonarias en patrocinios de Nike, Adidas o Puma, es decir de la escoria globalista Blackrock, ha alzado su voda y no ha dicho más que verdades: «Nos están manipulando. Demoliendo presas. Creando tormentas para engañarnos con el cambio climático. Atacando a la familia. A nuestra religión. Atacando a los agricultores. Promoviendo vacunas mortíferas». Porque «quieren reducir la población, incitan la inmigración ilegal, buscan caos y enfrentan a los ciudadanos con falsa política. No es la política española. Es una nueva orden mundial. Y es hora de salir de ella por el futuro de los nuestros». Todas y cada una de las palabras son la verdad y nada más que la verdad.
El censor vocacional Fonsi Loaiza considera las verdades de Alex Bernal de «vergüenza ajena». Y lo que es vergënza ajena nacional es Fonsi Loaiza, el amargado woke.
La dictadura woke ha llegado a su fin. Las celebrities se ponen del lado del pueblo, y van abandonando gradualmente el miedo a ser cancelados. Esta madrugada, el jugador del Atlético de Madrid Marcos Llorente ha liderado el transporte desde Madrid de cuatrocientas hidrolimpiadoras hasta Mestalla, donde se canaliza la recogida solidaria.
Las hidrolimpiadoras tienen un coste que ronda los 400 euros, que presumiblemente ha pagado el jugador de la selección española.
Llorente ha intentado permanecer de incógnito, pero hace días publicó en redes sociales su desencanto con el Gobierno.
Los comisarios políticos del régimen pierden fuerza. Los señalamientos de Fonsi Loaiza ya no surten efecto. Mientras Marcos Llorente trabaja sobre el barro en Valencia, Fonsi Loaiza vive atrapado en su lodazal mental.