Virginia Montes, enviada especial.
Brandeburgo es un lánd que rodea Berlín: 29.000 kilómetros cuadrados y 2,5 millones de habitantes. Es el corazón de Prusia. Pertenecía a la Ademania Democrática, pero tiene algunas diferencias políticas con Turingia y Sajonia. Aquí ha ganado y gobernado desde la reunificación en 1991 el partido socialdemócrata, el SPD, que según apunta las encuestas, va a perder esa posición hegemónica en favor de Alternativa para Alemania. Los sondeos le dan el 27%, 3,5 puntos más que en las pasadas elecciones, mientras el SPD obtendría el 23%-
El SPD es el partido del poder, el que sustenta al premier Olaf Scholz. El presidente saliente de Brandeburgo es Dietmer Woidke, un hombre de evidente carisma que ha dejado muy buen cartel. pero ha anunciado que no encabezara la futura coalición saliente.
El «cordón sanitario» en torno a AfD busca que el electorado se canse al perder su voto y no poder formar gobierno, no llevar a la práctica sus propuestas, pero el electorado no se cansa y AfD sube continuamente. Por un único punto: la emigración musulmana, con los añadidos de la inseguridad y la delincuencia. Es el paradigma woke de Susanna Griso para quien los atentados son un beneficio para la extrema derecha. No es el miedo al otro, es el miedo a sucumbir en el ara de estupideces de la secta gnóstica. «Los políticos nos han traicionado», me dice un dependiente de una gasolinera, que votará AfD.
Brandeburgo puede ser la segunda victoria de ese partido y el tercer resultado relevante. Sobre la Alemania oriental la prensa alemana, tan globalista como la española, ha generado un estereotipo: están resentidos porque tienen un peor nivel de vida y son contrarios a la emigración porque han visto menos emigrantes. Cosas del Muro. El estereotipo llevó a que en las europeas resultara difícil obtener los datos. Tras arduos esfuerzos, fallidos, conseguimos en Rambla Libre saber que Alternativa para Alemania había ganado con claridad en la Alemania del Este. Bien pudo ser como voto de castigo. Pero bien puede entenderse que tras pasar por la experiencia traumática del comunismo no se andan con bromas y no quieren perder su identidad de alemanes.
C0n capital en Postdam, Brandeburgo, el otrora bastión socialdemócrata, rompe el cliché. Se ha llenado de urbanizaciones de clase media de berlineses. Su nivel de vida es superior, pero el caso es que Alternativa para Alemania, quien hace poco era seguida con detenimiento por la Verfassungssehutzl, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. de cara a su ilegalización, ahora se dispone a confirmar el 22 de septiembre de 2024 su primera posición.