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José Antonio Bielsa Arbiol: «La masonería tomó el control de la Iglesia en 1958»

Rubén Martínez




El nuevo libro de José Antonio Bielsa Arbiol Masonería vaticana: Los enemigos internos de la Iglesia al descubierto se ha convertido en un best-seller de Amazon y se encuentra en las primeras posiciones de los más vendidos en su categoría.

Publicado por Letras Inquietas, el historiador y ensayista aragonés, uno de los investigadores más destacados en lengua española sobre el fenómeno denominado como Nuevo Orden Mundial, ha estudiado con minuciosidad la infiltración de la masonería en la Iglesia católica. Según Bielsa, «la masonería operativa, que data del siglo XVIII, se infiltró desde muy temprano en las altas jerarquías», siendo un italiano, Rainiero Delci, «el primer cardenal masón reconocido hacia el año de 1750, afiliado a una logia romana».

¿Cuál es el objetivo de la infiltración masónica en la Iglesia?

José Antonio Bielsa Arbiol lo tiene claro: los masones persiguen «normalizar el sueño masónico de la fraternidad universal, un sincretismo de filiación gnóstica, naturalista y cabalística». El hito final de la misma sería «la creación de una Súper-Iglesia Mundial, una especie de federación de iglesias en la que todos tengan cabida: una religión sin cruz».

Como explica el autor de Masonería vaticana: Los enemigos internos de la Iglesia al descubierto, «la francmasonería tomó el control de la Iglesia católica en 1958». Un año después, Juan XXIII anunció la celebración del Concilio Vaticano II que, en opinión de José Antonio Bielsa Arbiol, supuso el «más cumplido y satisfactorio éxito» la masonería infiltrada en la jerarquía católica. «El Concilio Vaticano II fue una suerte de revolución doctrinal desde dentro y sin equivalentes. Tras el mismo, todo cambió», asegura el ensayista aragonés.

La masonería opera abiertamente en el Vaticano

Y para muestra, dos ejemplos: «a principios de este año, el cardenal Francesco Coccopalmerio (antaño presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y ahora palmero de la Logia) afirmó que existe una evolución de la comprensión mutua entre los católicos y los francmasones». «Y dos meses después, concretamente el 16 de febrero, la Fundación Cultural Ambrosiana organizó el seminario Iglesia Católica y Masonería en Milán», desvela el autor.

¿Es Francisco I miembro de la masonería?

En base a sus investigaciones, José Antonio Bielsa Arbiol asegura que Jorge Mario Bergoglio «fue masón y en espíritu lo sigue siendo, operando a la manera de una masón durmiente». «Bergoglio carga a sus espaldas con un pasado masónico muy cierto, y no caeremos en la trampa de minimizar este gravísimo hecho, como acostumbran los neoconservadores templagaitas, poniendo una vela a Dios y otra al diablo. Este pasado masónico del jesuita es de dominio público, al menos en su patria chica: cuando Francisco todavía era el Padre Jorge Mario Bergoglio Sívori, éste acostumbraba firmar a la manera masónica», concluye.

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