Ariadna Cabrera.
Aunque el plan diabólico de confinar perimetralmente al barrio del Mercado, y a seis zonas más, pertenece en exclusiva al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, bajo la alcaldía de Augusto Hidalgo Macario, formado por un tripartito de izquierdas con PSOE, Nueva Canarias y Unidas Podemos. puede decirse que el nacionalismo canario de Coalición Canaria está entregado al más pútrido globalismo y se propone un plan de «ingeniería social«, esos que siempre salen mal porque usan a las personas como concreto, ambicioso y terrible que contempla el confinamiento perimetral del 80% de los canarios en 120 barrios, para lo que cuenta con 200 millones de euros, a 50 millones de euros por año, una cifra ciertamente pobre, que sólo da para los pivotes de cierre de la población en sus compartimentos estancos de 15 minutos.
Así lo contaron el candidato a alcalde nacionalista de las Palmas de Gran Canaria, Francis Candil, la candidata a presidir el Cabildo, María Fernández, con el acompañamiento del secretario general de Coalición Canaria, Fernando Clavijo. El principal argumento es que «el modelo de ciudad no es el que gusta a la Unión Europea», que la que pondría el dinero de los fondos Next Generation de la UE.
El modelo, que en su fatal arrogancia, proponen los «ingenieros sociales» de Coalición Canarias sería el confinamiento en zonas de 15 minutos, hasta donde se pueda llegar andando o en bicicleta -¿andando o en bicicleta. no es lo mismo?- en ese tiempo tasado, y donde los ciudadanos se supone que tienen que tener todos los servicios, especialmente sanidad y educación y «también parques y zonas de recreo«. Como se entiende fácilmente se trata de eliminar y prohibir el coche y con el la movilidad, ya que no se podrá salir o sólo con un permiso.
El modelo ya existe, es el del Partido Comunista Chino. Se trata de convertir a los canarios en chinos disciplinados y esclavos. Recluidos en sus zonas, sin parque ni zonas de recreo nuevos, sin un colegio más ni un hospital, las personas de acercan al torniquete de salida y mediante la identificación facial se decide si cuenta con el permiso correspondiente dependiendo de si en su cartilla de buen ciudadano cuenta con los puntos suficientes. Si ha perdido esos puntos no puede salir para nada y muchas veces desaparece hacia los campos de concentración de donde no vuelve a salir.
Este es el «modelo» que Coalición Canaria, con jerigonza ecofascista, quiere imponer a todos los canarios a pesar de que consideran fundamental «contar con la ciudadanía», a la que se engaña miserablemente. El macroplan se rige por tres principios: economía circular, sostenibilidad y un plan de empleo y formación. Palabras huecas e infladas. ¿Podrán tener los canarios tener coche o les estará prohibido? ¿Podrán ir a la playa o a zonas de campo, para solazarse o visitar a la familia, cuando quieran, como es su derecho? ¿Podrán entrar y salir sin restricciones?
Canarias 7, lameculos del globalismo
Para que el torticero engaño cuele y los canarios estén dispuestos a entregar su libertad, tiene que ponerse el aparato de propaganda de los medios, ya bastante desacreditados. A ello se ha aprestado y prestado Canarias 7, lameculos del globalismo, en un artículo titulado «La ciudad de los 15 minutos, el comercio de barrio y la libertad de los consumidores«, que firma Lluis Frago i Clos, y donde se manipulan completamente las palabas de forma que libertad significa la peos esclavitud atroz.
Dice el artículo del juntaletras que se trata de «aumentar el espacio para peatones y bicicletas y reducir el de coches, o promover nuevas áreas verdes«. Reducir debe leerse prohibir o eliminar y lo de promover nuevas zonas verdes es un brindis al sol. La pista da el juntaletras en otro párrafo en el que escribe «la reducción de la movilidad derivada del confinamiento ha propiciado la difusión de la idea de la ciudad de los 15 minutos». Está dicho todo. Se trata de confinar a los canarios, ni más ni menos.