Enrique de Diego.
Eres una plasta tío. Repites como un papagayo las patochadas de Bill Gates. Eres, Alberto Garzón, un parásito, que no vales ni lo que costó de bautizarte. Eres tan poquita cosa, tan poco viril, tan vendido, que das asco con tu cantinela de menos carne y menos leche que cada vez que lo dices me entran ganas de comer un chuletón de Ávila, son mi debilidad, para favorecer el medio ambiente y llenarme de vitamina B 16, de esa que te falta a ti y te ayuda a pensar, porque tú no lo haces. Lo primero es que no tenía que existir un ministro de Consumo, que no sirve para nada, salvo para vivir del momio, lo segundo es que un ministro de Consumo no puede hacer lo que tú haces, que cada vez que hablas sube el pan y cabreas a los sufridos ganaderos.
Luego, desprestigias a la dieta mediterránea y si todo el mundo se hiciera vegamarrano tendrían que aumentarse las hectáreas en cultivo y deforestar los bosques y además el CO2 tienen muy poco que ver con el clima. Así que lo mejor es que te vayas a esparragar. Luego, tienes una pinta de urbanícola, de no haber pegado un palo al agua en tu vida, de ser de esos políticos que hunden el medio ambiente y las expoliadas clases medias, con tus rollos macabeos; de no haber visto una granja ni en pintura.
Y luego vas y aprovechas que hace calor, como todos los años por estos lares, para largar el discurso gastado del tarado de Bill Gates. Eres una excrecencia comunistoide disfrazado de podemita, de esos que gritaban ‘no nos representan» y, para lo que has quedado, tú sí que no representas a nadie, mala pieza. Plasta, más que plasta.
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