Editorial.
Se han desbordado todas las líneas rojas con la inyección del veneno de muerte al segmento de edad de entre 5 y 11 años, un genocidio cruel y especialmente gratuito, llamado a esterilizar en masa y a matar a las generaciones futura, sin posibilidad de defensa, mediante la manipulación y la coacción más abyecta y criminal.
Es ello responsabilidad culpable del Gobierno de España, de todo el gabinete. Participan en la operación genocida todos los caciques regionales con sus ejecutivos, con especial culpabilidad de los consejeros de salud y las llamadas «autoridades sanitarias». Miembros de diversos partidos participen en el crimen abrumador: Miguel Ángel Revilla, Alberto Núñez Feijoo, Emiliano García Page, Juan Manuel Moreno Bonilla, Iñigo Urkullu, Pere Aragonés, Javier Lambán, Isabel Díaz Ayuso, etc.
Todos ellos son objetivos legítimos. Son psicópatas y no van a parar en su ansia de sangre si no se les para. Nos resulta difícil de entender la actitud de los familiares ante las muertes genocidas, enterrando a sus familiares vergonzantemente y que ninguno haya perdido la cabeza. Especialmente de los padres a cuyos hijos han desgraciado la vida con el veneno de muerte.