Enrique de Diego.
Dudaban los almirantes y generales de los Tercios de la flota cristiana en entrar en combate con la flota turca, muy superior en número. Pidieron un nuevo Consejo a Don Juan de Austria. Éste, aguerrido, con coraje les contestó: «Señores, ya no es tiempo de debates, sino de combate». Al día siguiente, «la más grande ocasión que vieron los siglos», según la famosa frase del soldado Miguel de Cervantes, marcharon hacia la gloria imperecedera.
Cuando se perpetra a la luz del día un genocidio cruel y sangrante, y se trata de hacer obligatorio, hay que reivindicar necesariamente el derecho de resistencia, consagrado por la Constitución española de 1812 y por la Revolución Francesa, que lleva a que el pueblo en armas pueda responder legítimamente a la sanguinaria violencia sobre él ejercida, y el tiranicidio, del Padre Juan Mariana, cuando el poder ejecutivo pisotea los más elementales derechos y libertad civiles, y cuando pone en riesgo cierto la libertad y la vida inyectando un veneno de muerte para eliminar población. Todos los Gobiernos han perdido, han pisoteado su legitimidad de ejercicio de manera completa, absoluta, y por tanto todos deben ser derrocados por las armas y mediante la violencia legítima.
En Europa, azotada la población por el buenismo y desarmada, sin el sacrosanto derecho a portar armas, la resistencia se ha organizado mediante manifestaciones pacíficas, tomas de conciencia…Llevan la delantera Francia, Italia, Alemania y Suiza, donde las concentraciones son especialmente nutridas contra la tiranía genocida y globalista. La resistencia está en la etapa de organizarse. En Suiza, diciembre, y en Francia, mayo, hay elecciones, se convoca a las urnas y hay la oportunidad de echar a los gobiernos criminales. Emmanuel Macron destaca por su carácter psicópata y es un objetivo legítimo, así como Mario Draghi. En España es especialmente intenso el frente judicial, donde se han conseguido algunas victorias significativas. En Londres, ante la sede de la Fundación Bill y Melinda Gates se ha pedido que arresten a Gates identificando al enemigo
En Estados Unidos algunos consideran que será una guerra lenta, pero que al final ganaremos. Allí está la población armada, existen milicias. Los Estados está respondiendo a los mandatos de sobón y demente Biden como una terrible extralimitación. Es preciso que se pare el genocidio y esta locura mediante la violencia, no hay otro medio. Son objetivos legítimos Bill Gates, Anthony Fauci, todos los ejecutivos de la FDA y los directivos de los CDC.
Son objetivos legítimos las sedes y todo el personal de Pfizer, Moderna, Johson & Johnson, Astra Zeneca. Sus sedes deben ser atacadas y sus directivos ser ajusticiados. Los medios de comunicación han de ser objetivo preferente, con ataques a sus sedes y a sus comunicadores. Las Fuerzas Armadas han de mostrar su patriotismo y su dignidad patriótica atacando a aquellos políticos que se han dedicado a promover que la gente sea inyectada con el veneno de muerte. Es un imperativo ético. Quien se ha posicionado a favor del pinchazo lo debe pagar; quien ha obligado a seres humanos, o los ha engañado y manipulado, para ser muertos y esterilizados contra su voluntad deben ser pasados por las armas.
Los grandes cambios se deben promover desde el derecho a la resistencia con la violencia. Sólo gestos heroicos conseguirán parar este genocidio que ridiculiza, además, a las víctimas. Hay que hacer votos y aspirar a un levantamiento general en los Estados Unidos que será seguido por el resto. Sólo hace falta una chispa para encender tanta yesca acumulada por la desinformación. Hay que poner freno cuanto antes al totalitarismo rampante que aspira a la aniquilación de la especie humana. Auschwitz fue una pesadilla moral pero esto es peor que Auschwitz. Igual que la violencia fue necesaria para liberarlo, más aún para parar este genocidio planetario.
Estamos en una guerra declarada por las élites mundialistas y cuanto antes asumamos esa lógica, mejor. De que la ganemos nos va en ello nuestra supervivencia como especie.