Enrique de Diego.
Alguien te lo tiene que decir, Pedro J Ramírez, haces el payaso con un punto de demencia senil. Haces unos análisis garbanceros con ínfulas de estadista de pastaflora y consigues yendo de servil y lacayo enfadar a todos, agitar todos los avisperos. Pero, alma de cántaro, cómo se te ocurre situarte en una pedante y fatua equidistancia para al tiempo negar esa posición desmerecida: «Estar frente a Vox y Podemos no es equidistancia, es defender la democracia». Te ha caído en twitter, que es lo único que tiene el ciudadano anónimo para mostrar sus enfados, la del pulpo. Todos contra el abuelo porreta, que le gusta más una cámara que a un tonto un lápiz. He leído por curiosidad en tu mierda de digital, que no cumple la máxima de la gran Oriana Fallaci de no aburrir nunca al lector, tú lo aburres por costumbre, por sistema, eres el inventor del periodismo soso y aburrido, pues he leído tu asqueroso y simplón editorial en el que afirmas que «Podemos es el Vox de la izquierda. Vox, el Podemos de la derecha. Hasta que no se asuma esta idea elemental, de puro sentido común, el terreno continuará desnivelado en España». ¡Vaya chorrada! ¿Y para escribir esas patochadas cobran tus editorialistas o les susurras al oído esas gansadas? «Asumamos que Vox y Podemos son, efectivamente, un peligro para la convivencia». Pues con estos bueyes hay que arar. Los dos son partidos del sistema y mientras Podemos es un partido totalitario, Vox es defensor de la democracia y de unos cuantos valores pisoteados, como estar en contra del negocio de las mafias llamadas ONGs y de los pobrecitos menas a los que tú te dedicas a blanquear reportajeándolos en la recogida de la fresa en Huelva, y sin mencionar la violación en grupo, en masa, en jauría a la joven en el parque del Oeste. No es tan asquerosamente progre como tú, a tu vejez ya se sabe, viruelas.
Mira, tío, has perdido el corpiño y el sentido de la realidad y dibujas un panorama que se sale de los goznes: «Los cuatro partidos homologables a los standares democráticos europeos (PP, Ciudadanos, PSOE y Más Madrid, cuatro ramas de la democracia liberal) se comprometan a evitar que Vox y Podemos tengan la menor influencia». Vamos, que se entregue Ayuso, que la han puesto a parir todos los días, que la han querido culpar de la pandemia, que la han querido cerrar los restaurantes, cafeterías y comercios, en brazos de Gabilondo. ¡Tú deliras! Te pones el gorro de Napoleón en el frenopático y desde allí tú decides el juego, mueves los ejércitos como un general de opereta y te dejas fuera las piezas que te sobran, te molestan, le molestan a la pazguata de Ana Patricia Botín, y te quedas más ancho que largo. Como cuenta Exuperancia, ¿qué ha sido de ella?, te pones a cuatro patas después de hacer un striptease -¡que horror!-, se monta en ti y te dice: ladra, y tú dominado, ladras como un perro. Como te dice un tuitero, «que le den por el culo. Ahora, si quiere redención, que cante lo que sabe sobre el 11M». Venga, cuéntales que no sabes nada, que no investigaste nada, que mentiste en todo, pánfilo. Vete a esparragar.
Y para redondear la faena dices que vas a votar por Edmundo, el inmundo, Bal. Tras la aparición en campaña de ese traidorzuelo mediocre de tres al cuarto de Ignacio PaniAguado, esta gafada tuya, va a terminar por demoler a Ciudadanos, y no van a tener con que pagarte. Ya está en poco más del 2%, como tendencia en todas las encuestas, pero tras tu apoyo y el de Ignacio PaniAguado, estáis los dos acabados, no es descartable que el partido veleta coseche el 1% de los votos y se vaya, contigo, al centro de la mierda.