El tema estrella del programa de Donald Trump es la construcción de un muro en la frontera con México que corte el flujo constante de inmigrantes ilegales. Esta propuesta se suponía que lo inhabilitaría, según los dictados de la corrección política, pero, sin embargo, ha tenido, por ahora, el respaldo de los votantes republicanos.
Mientras Hillary Clinton repite el mantra de “celebrar la diversidad”, Trump no tiene reparos en decir que entre los inmigrantes ilegales hay una buena parte de delincuentes que provocan inseguridad y un alto coste al contribuyente.
La idea de que esta propuesta representaría el rechazo de la “comunidad latina” se demostró errónea cuando Trump ganó las primaria en Florida: los norteamericanos, de origen cubano, al menos los republicanos, entendieron la diferencia entre inmigrantes ilegales y ciudadanos norteamericanos.
A pesar de las gruesas acusaciones de que Trump pretende una “limpieza étnica”, su discurso está presente en la sociedad, aunque esté prohibido en los medios.
En diciembre, en Austria, previsiblemente Norbert Hofer, candidato del partido identitario FPÖ, accederá a la jefatura del Estado, no será el primer presidente anti-inmigración, pero sí el primero de las naciones occidentales. Antes que él, están la presidenta de Polonia, Beata Szydlo, el presidente de Hungría. Viktor Orban; también los de República Checa y Eslovaquia.
En las elecciones del Länder de Mecklemburgo-Pomerania, Alternativa por Alemania, de Frauke Petry, superó en votos a la CDU de Ángela Merkel, y en las de la ciudad-estado de Berlín, un feudo “progresista”, se acercó peligrosamente.
El tema inmigratorio se considera que fue el elemento fundamental del voto favorable al Brexit, que fue liderado por Nigel Farage de la UKIP, partido que fue el ganador de las últimas elecciones europeas y que obtuvo cuatro millones de votos en las parlamentarias.
El Frente Nacional de Marine Le Pen es ya una pieza básica de la política francesa. Fue el más votado en las elecciones europeas. De hecho, Los Republicanos de Nicolás Sarkozy y Alain Jupé han oscilado a sus posiciones.
¿Por qué cuándo la cuestión migratoria se ha convertido en el gran debate en Estados Unidos y buena parte de las naciones europeas sigue siendo silenciado en España?