Cada vez más católicos se percatan de que Bergoglio ha venido diciendo –y en un supuesto Papa, decir es el principal modo del hacer y signo del pensar- cosas estridentemente anticatólicas y hasta antinaturales, como por ejemplo:
- que no existe un Dios católico;
- que el proselitismo es una solemne tontería;
- que no interesa la religión en la que se eduque a los niños;
- que la única certeza es que todos los hombres son hijos de Dios y que se puede encontrar a Dios en cualquier religión del amplio abanico existente;
- que prefiere una Iglesia que esté herida, hambrienta y sucia, en lugar de una Iglesia que estaría enferma por estar confinada y aferrada a su propia seguridad;
- que María se rebeló contra Dios al pie de la Cruz y lo llamó mentiroso;
- que lo que el mundo necesita hoy en día es una conversión ecológica;
- que si uno tiene las respuestas a todas las preguntas, ésta es la prueba de que Dios no está con él, y de que es un falso profeta que usa la religión para sí mismo;
- que los cristianos obstinados en el ‘siempre se hizo así’, ‘este es el camino’, pecan: pecan de adivinación;
- que ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada “irregular” viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante;
- que Jesús se hizo un poco el tonto con la mujer adúltera;
- que aunque pensemos que por nuestros pecados o nuestras faltas somos lo peor, así nos prefiere Jesús .
Bergoglio trata al mundo contra Cristo; Cristo trata al mundo contra Bergoglio
Es digno de nota que, si Bergoglio, cuanto es de él, engaña y desvía al mundo contra Cristo, Cristo, cuanto es de él, apacienta y rige al mundo contra Bergoglio y contra todo otro falso maestro y mal regidor. Todos los católicos que han abrazado coherente e integralmente la Tradición Católica a partir de los años sesenta, lo han hecho contra los pretendidos “papas”, pues no han podido hacerlo sin resistir las abominables revoluciones religiosas mundiales procedentes de ellos como principal producción suya.
Si fueran papas, Dios podría dar iluminaciones y mociones desafiando al apacentador y regidor supremo que él puso en su Iglesia visible, en quien reside, al menos virtual y pasivamente por guarda fiel, toda la comunicación de verdad y voluntad divina al mundo, y a quien él asistiría infaliblemente en su función. Con eso Dios combatiría a la Humanidad, a su Iglesia y a sí mismo. ¡Dios sólo puede dar iluminaciones y mociones desafiando a Bergoglio si éste no es Papa!
Negar que Bergoglio promueve falsedades y voluntades malas contra Cristo en todo el mundo es terriblemente contrario a la caridad y humildad
Los católicos deben presumir la catolicidad de cualquier cosa que cada pretendiente papal legalmente elegido predica al mundo como verdades de Cristo eclesiásticamente comunicables y de cualquier cosa que cada pretendiente papal legalmente elegido promueve al mundo como volun-tades de Cristo eclesiásticamente comunicables.
El problema es que la más caritativa y humilde de tales presunciones no puede enmendar crímenes religio-sos obvios. Los católicos sedevacantistas, e incluso católicos sedeplenistas de espíritu tradicional, comenzaron a reaccionar en una manera pública y organizada sólo a finales de los años 70 después de haber sido muy seriamente abrumados y dañados por las monstruosidades que la autoridad religiosa mundial de centro vaticano habían amontonado en el mundo. Amontonaron en el mundo de modo sistemático, y por ende consciente y voluntario, actos de predicación pseudo-magisterial de falsedades destructivas de todas las verdades de Cristo comunicables eclesiásticamente, y actos de promoción pseudo-gubernamental de voluntades destructivas de todas las voluntades de Cristo comunicables eclesiásticamente.
La caridad para con Cristo exige a los católicos ver, rechazar y denunciar el Anticristianismo donde está, y el dogma y la ley de Cristo exige a los católicos ver, rechazar y denunciar la falsa pretensión de autoridad eclesiástica donde hay Anticristianismo activo, sistemático y perjudicial al mundo. De manera que negar la operación de esto último por Bergoglio es anticaritativo.
¿Es humilde?
Ésta es la definición de humildad del Aquinate: “La virtud de la humildad consiste en mantenerse dentro de los propios términos, sin llegarse a lo que está sobre sí, estando, en cambio, sometido a lo superior .”
Ahora bien, que un hombre juzgue que las verdades/voluntades de Cristo comunicables eclesiásticamente son tales que pueden ser contradichas por Cristo por la boca de su vicario plenamente facultado para predicar aquéllas y promover éstas, es que ese hombre materialmente y objetivamente (en abstracción del aspecto formal y subjetivo que hace que algo sea pecado) terriblemente falte a mantenerse dentro de sus propios términos, terriblemente se llegue a lo que está sobre él, y terriblemente falte a sujetarse a Cristo.