Miguel Sempere
Mienten más que hablan. Lo ocultan durante las campañas electorales, porque afecta a un segmento de edad que es el que mayoritariamente vota al PP. Pero la realidad es que no hay dinero para pagar la extra de navidades de 2017.
Dijeron por ejemplo que ‘los inmigrantes nos pagarían las pensiones’, cuando la inmigración subvencionada ha acelerado el hundimiento del Estado de bienestar.
Ayer mismo Luis de Guindos dijo que “las pensiones están aseguradas” y que los españoles “pueden estar tranquilos”. Miente. Los españoles ni pueden ni deben estar tranquilos. La situación no va a hacer otra cosa que empeorar por el envejecimiento de la población.
Por supuesto, se pueden pagar las pensiones, recortando de otras partidas presupuestarias e introduciéndolas en los Presupuestos; pero también pueden bajar y hay quien propone eliminar las extraordinarias. O puede haber retrasos en los pagos. ¿La gente se rebelará o dependerá más del Estado aunque les falle? Queda poco para verlo.
El hecho es que, como ha dijo Rambla Libre, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social ya tiene fecha de defunción: diciembre de 2017. Para entonces, y según los cálculos del propio Gobierno en funciones, el déficit acumulado habrá dejado casi vacía la hucha de las pensiones y, por lo tanto, hará imposible el abono de la paga extra de Navidad.
Así se extrae del Plan Presupuestario 2017 que el pasado sábado envió el Ejecutivo a Bruselas. En este documento, que se remitió pocas horas antes de que expirase el plazo, se expone que la Seguridad Social registrará un déficit del 1,7% del Producto Interior Bruto (PIB). Esto, además de incrementar de manera notable el anterior objetivo del 1,1%, provocará una desviación de casi 19.000 millones de euros, es decir, la mayor de la historia.
Como consecuencia, el Fondo, que a cierre de 2015 contaba con 32.481 millones, se quedará en poco más de 13.500 millones a finales del presente año. Con esta exigua cifra, la hucha deberá afrontar un ejercicio, el de 2017, en el que el Gobierno estima que el déficit será del 1,4%. Teniendo en cuenta que el PIB ascenderá a 1,157 billones, la nueva desviación superaría los 16.000 millones. O dicho de otra manera, el Fondo se quedaría en números rojos y no podría completar, al menos por sí solo, la paga de final de año.