Coincide mi columna de los sábados en Rambla Libre con el transcurso de cinco meses desde que marchaste-aquel maldito 29 de marzo en plena vorágine de la matanza-asesinado protocolariamente por el trepa de saunas gay que este verano se tomó vacaciones después de matarte junto a tu consuegro y cincuenta mil personas más. Del mismo protocolo de inhumanidad satánica se cumplió no poder velarte y ser enterrado en soledad. Y viven, Padre, tus asesinos, los que deberían estar muertos por “coronajusticia”. Os mataron esperpénticos tramposos y trileros sin méritos personales, delincuentes comunes metidos a vividores por la puta, prostituida con pagos de maletas bolivarianas, política. Nutriéndose de los recursos del Estado con un descaro tal que en otros países a los tiranos les costó acabar contra un paredón. Ya ves, toda la generación de emblemáticos trabajadores que levantasteis una España en democracia cuando todavía no había crecido la cizaña que representa ese Pablo Iglesias y la caterva de carroñeros, parásitos engañadores de otra generación de vagos e ignorantes que han posibilitado la llegada al poder de auténticos hijos de Satanás.
Querido Papá, allí es seguro que las altas miras de lo eterno permiten radiografiar a los demonios que aquí aparentan ser seres humanos. Los reconoces en la verdadera identidad de sus repulsivas existencias: el uno es un egocéntrico repugnante digno de análisis psiquiátrico aunque no le exonera la carencia de equilibrio mental para dar cuenta de la implicación criminal que conlleva su desgobierno genocida; el otro es un criminal en toda regla, la corrupción personificada de una siniestra demoníaca, esperpéntica y asesina sin ambages. La condición de mamarrachos no les resta un ápice de la responsabilidad homicida con que actuaron aprovechando la tragedia para politizar el dolor. Una vez aniquilada la generación de los constructores ahora peligra la regeneración de nuestra España personificada en los niños que han de asumir los riesgos de la inepcia con estos payasos ministeriales a las órdenes de un inútil sin escrúpulos, cuya principal arma de criminalidad radica en la sumisión de las víctimas que daña. Porque España es tan cobarde que está dispuesta a convertir en cobayas a la infancia inocente en garras de un trepa de saunas gay y un bolivariano, pronto caído en desgracia, cuyos antecedentes criminales se han mostrado con crímenes de lesa humanidad en esta España sumisa y bloqueada que pretende una reacción democrática frente a una pandilla delictiva que parece no encontrar límites en sus crímenes encadenados; los que cubren todos los delitos tipificados en nuestro manipulado código penal.
El uno y el otro se caracterizan por rasgos de sociopatía no exentos de voluntad psicópata por ser el fruto de unas generaciones desarrolladas en democracia, retorcidamente, con influencias de corrupción moral que han convertido en el modus operandi de un gobierno de España atípicamente inepto. La concepción de familia en estas manadas bípedas nada tiene que ver con tu papel ejemplar de padre cuando tus hijos han crecido en la conjunción de valores con que nos instruiste, lejos del instinto de codicia de alimañas que representan estos desalmados aún impunes.
Desde que este circo de payasos asesinos desgobierna mediante engaños a una España agotada, carente de ímpetu moral y ganas de supervivencia, la vida se ha depreciado hasta el punto de que no se considere el verdadero riesgo que conlleva dejar las vidas de los niños y los jóvenes al albur de la inutilidad de un desgobierno criminal.
Recuerdo, querido Padre, el amor por tus nietos y biznieto, el orgullo amoroso en que radicaba tu familia que se extravía con las emociones brutalmente vividas de tu pérdida a manos de estos genocidas amorales. Inmersos en la tragedia todavía los causantes de este infierno siguen gobernando con la misma indiferencia por la vida ajena. Escriben con autosuficiencia, robóticamente malvada, un nuevo capítulo de terror sin que nada los limite pese a la evidencia pútrida de lo personal desde las poltronas delictuosas. El epílogo es la destrucción total si la Justicia divina no lo impide porque de la terrena poca esperanza queda si continúa esta farsa que coacciona a los propios jueces.
El regreso a las escuelas, la vuelta al cole dirigida por esta ralea de criminales de lesa humanidad, todavía impunes por la prostitución de la Justicia desde la Fiscalía General del Estado y otros ardides de manipulación propios de la estafa continuada; por la sumisión de una España sobrepasada con una múltiple maraña delictiva de estafa institucional que actúa contra el Estado desde las propias entrañas del Estado; por permitir que asesinen y relativizar la causa y la acción genocida, esa vuelta al cole se ha convertido en un nuevo capítulo de terror psicológico que los padres están dispuestos a soportar, a sabiendas de que los antecedentes de la dirección criminal dejaron un genocidio-más allá de los efectos de la pandemia-de más de cincuenta mil inocentes en manos de un trepa de saunas gay y un estafador a sueldo de narcocriminales.