Enrique de Diego.
Ayer, según vemos en el vídeo adjunto, pudimos ver el bajo perfil del oficial que estaba al mando en el dispositivo de seguridad de la mansión y pudimos observar que podría, presuntamente, haber incurrido en un delito de coacciones y sanciones disciplinarias dentro del seno de la Benemérita a los artículos 8.2, 8.3 y 8.6 de la Ley 12/2007 del Regimen Disciplinario de la Guardia Civil.
Este joven y bisoño teniente, ha podido incurrir en un presunto delito de coacciones a los ciudadanos que paseaban por los alrededores de la mansión al amenazarles con sanciones e intentar limitar su derecho a la libre circulación. Ha retirado de las manos, sin justificación, los DNIs de muchos ciudadanos, que son personales e intransferibles según el artículo 9 de la Ley 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, y sin guardar las medidas de seguridad por la COVID19, juntando todos y devolviendolos sin haberlos desinfectado, es decir que les ha puesto en riesgo.
Tampoco parece saber, al ver como a una mujer no se lo admite, que el carnet de conducir es un medio perfectamente válido de identificación y que es admitido de forma habitual en la práctica judicial, así como en el artículo 85 de la Ley Organica del Regimen Electoral o el artículo 23 de la Ley del Notariado, al aparecer la fotografía de la persona y estar expedido por autoridad pública con el fin de identificar al titular.
A todos estos despropósitos hay que sumar su curiosa forma de llevar la mascarilla, que se le bajaba en ocasiones, y el no guardar la distancia de seguridad con los ciudadanos, por no hablar de los aspavientos y gesticulaciones que un agente de la autoridad debe controlar, máxime cuando es un oficial de la Guardia Civil y debe ser el ejemplo a seguir de los agentes a sus órdenes.
La Primera Compañía de la Guardia Civil de Madrid, donde pertenecen los agentes de seguridad ciudadana de la zona (se les distingue por la uniformidad) es conocida por su facilidad para abrir expedientes disciplinarios a agentes de las escalas Básica y de Suboficiales y no tener esa rigidez con los oficiales. Vamos a ver si la vara de medir es la misma con este aparentemente imprudente oficial y, al menos, se abre una información reservada para depurar si tiene responsabilidades disciplinarias su actitud, algo de lo que informaremos y esperamos que el corporativismo entre oficiales no sea lo que prevalezca por el bien de la imagen institucional de la Guardia Civil.