Luis Bru.
Pedro Sánchez, que es como decir el PSOE, gana las elecciones con 120 diputados; se trata de una victoria pírrica porque no consigue desbloquear la situación, y sólo puede pactar con el PP, que ya ha mostrado su negativa y ha pedido la dimisión de Pedro Sánchez. La otra opción sería sumar a Podemos, Esquerra Republicana y PNV, y afrontar un reférendum de autodeterminación y la amnistía de los presos. Algo que debería ser descartado. El PP va a ser sometido a presión para que se pliegue pero la cercanía de votos de Vox no le deja capacidad de maniobra.
El PP crece pero lejos de sus expectativas situadas en 1oo diputados. El liderazgo de Pablo Casado sólo salvar los muebles.
Ciudadanos tocó la gloria con 57 diputados y pudo gobernar con el PSOE, a cualquier precio, o tener una vicepresidencia del Gobierno, con cuatro años por delante para deteriorar al PP, pero los dioses confunden a veces a sus elegidos, y Albert Rivera se empecinó en la banda de Pedro Sánchez, cuando Sánchez no quería ir con el invento de la banda. Los diez escaños son el justo merecimiento a la cretinez de Albert Rivera. No consiguen escaño José Manuel Villegas, Fran Hervías y Juan Carlos Girauta. Toda la arrogancia cosecha un sonoro fracaso y abre la vía a la operación Inés Arrimadas, pero desde una base muy endeble.