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La gran deuda de España con Guinea Ecuatorial

Redacción




Miguel Bernad Remón. Secretario General de Manos Limpias.

Desde el día en que España abandonó a Guinea Ecuatorial, al proclamarse la independencia, la República Francesa se lanzó a controlar la incipiente República independentista, ante el abandono indecente de los sucesivos gobiernos de España.

El Gendarme de África es Francia y Guinea Ecuatorial es uno de sus rehenes.

España tenía la obligación de tutelar desde la independencia a Guinea Ecuatorial, de promover su desarrollo, en todos los ámbitos. Tras un recién nacido que necesitaba un desarrollo y que mejor que fuera España, los Gobiernos de España, los que le colocaron en plenitud de derechos y de desarrollo económico.

Ha sido Francia, la que ostenta de alguna manera el control, al menos en inversiones.

Los guineanos son y se consideran muchos más españoles que los propios españoles. Un dato anecdótico al respecto, fue cuando se produjo un partido de fútbol Guinea-España, el público guineano se decantó claramente por la selección Española.

La indiferencia de los Gobiernos de España hacia Guinea, se refleja en un cutre edificio de la Embajada y Embajador nada apropiado que representa y que es objeto de escándalo.

Las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial deben mejorar ostensiblemente. Las concesiones bilaterales deben tener en cuenta, la posibilidad de una doble nacionalidad y por supuesto la eliminación de los visados.

La madre patria España ha sido tanto madre patria, como en los países hispanoamericanos y en cambio el trato que tenían con Guinea Ecuatorial es el de una madre despegada de su hijo, distante, indiferente, pasota. El pueblo guineano, incluido su Presidente quiere y ama profundamente a España, se consideran españoles, profundamente.

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No es válido el argumento de que es un régimen autoritario, aunque con elecciones libres, para distanciarse de un pueblo que se siente profundamente español, con unas raíces consolidadas hasta las entrañas. Otros regímenes infinitamente más autoritarios reciben un trato mucho mejor.

El nuevo gobierno que salga de las elecciones del 28 de abril tiene la oportunidad de reparar la gran deuda que España tiene con un territorio cuya población se considera por encima de todo españoles y que ama a España como su Patria Madre