Enrique de Diego.
Mira, Pablo, entre todas las noticias negativas de la Patria que cada día nos hielan el alma, hay una, al menos, positiva que sirve de bálsamo y consuelo: que te vas a la mierda con esa farsa de Podemos. ¡Va a ser una gozada cuando, sin haber tocado los añorados cielos, te hundas en los infiernos!
Es sabido que las encuestas en España son más falsas que un Judas de plástico y que quien paga manda y se mete de master chef a la cocina (salvo Tezanos que hace los sondeos del CIS en Moncloa, con Pedro Sánchez, jugando a los dados), pero todas marcan una tendencia y en eso son fiables: tú y tu cloaca podemita os vais por el sumidero de la historia, con mucha gente deseando, yo el primero, tirar bien fuerte de la cadena.
Es inevitable e irreversible. Tenemos ya los datos fehacientes de Andalucía donde la enésima confluencia del puzzle podemita ha perdido 300.000 votos y es inútil e irrelevante. Las encuestas dan que tu tapiz deshilachado de partido está en una intención de voto del 15,5%, que no le sirven como muleta al PSOE. Tengo para mí que las encuestas mienten y que tu escombrera de partido está mucho peor, de rebajas, almoneda y baratillo. Podemos pierde votos por la izquierda, pues la sumisión al PSOE hace que el original sea más atractivo que la copia, y, aunque no se diga, por la derecha hacia Vox, porque queda muy chuli decir que hay que abrir las fronteras y echar abajo los muros mientras tú, pedazo de hipócrita, te compras una mansión vallada en Galapagar y te vas con un reguero de mierda al Ministerio del Interior a pedir guardaespaldas a costa del contribuyente hasta para cantarles una nana a los peques.
En todos los pueblos y barrios de izquierdas andaluces ha habido una clara fuga de votos a Vox, así que pronto tu “alerta antifascista” va a sonar a pitorreo. Y esa tendencia no ha hecho más que empezar. Es silenciada. Va a ser subterránea. Pero es que tú, majete, soplagaitas, te estás dedicando a destruir los barrios mientras te fugas a la urbanización de lujo y te lo van a hacer pagar en las urnas.
Con la tendencia que marcan las encuestas, Pablo, Pablito, Pablete, farsante, mentiroso compulsivo, no te vas a comer ni un rosco. Las marcas blancas tienen un futuro más negro que la pez. Con esos datos, y van a ser peores, mucho peores en las urnas, Podemos no va a tener un solo ayuntamiento, apenas concejales y, por tanto, muchos menos sueldos de los que prometiste, así que te van a correr a gorrazos y eso va a ser una gozada. Ya me imagino a Pablo Echenique tratando de mantener la furia de la base instalada, porque Podemos ya es un partido de cargos apesebrados. El culto a la personalidad que se ha erigido a tu alrededor, hasta llegar a la putrefacta ignonimia de plebiscitar tu piscina y tu césped, se va a venir abajo con estrépito. Ya veo a los borregos podemitas exigiendo explicaciones, debates encendidos de qué hay de lo mío, aullidos en los pesebres, llantos y crujir de dientes por las subvenciones perdidas y tú, Pablo, Pablito, Pablete, te mostrarás tal cual eres, ruin, incapaz de dimitir porque tienes que pagar la hipoteca, incapaz de plantear la eliminación del impuesto de sucesiones, aunque tus padres son ricos, pedazo de farsante.
Podemos, al fin y al cabo, Pablo, Pablito, Pablete es una mierda pinchada en un palo, sólo atrayente para muy emporrados el mostrenco Antonio García Ferreras. Aunque te honra que ahora digas que “no comparto algunas cosas que dije en el pasado” sobre Venezuela. Ya se sabe que rectificar es de sabios. Y, tua culpa, dices ahora que “la situación política y económica es nefasta”, pero las estupideces y canalladas que dijiste no son pecata minuta. Para ti, Venezuela era “una de las democracias más saludables del mundo” y “una referencia en Europa”. Y no digamos las chorradas totalitarias del sombrío showman frustrado de Juan Carlos Monedero que quería ser como la momia de Hugo Chávez o ese falso moderado de Errejón, chalán, para quien, hoy en día, en Venezuela se hacen tres comidas al día, la oposición es muy respetada y las colas en los supermercados son una muestra de la mejora de la calidad de vida. Profesoruchos de tres al cuarto, comunistoides de pasta flora, tigres de papel mojado, ególatras y vanidosos proteicos, manipuladores de tres al cuarto, os voy a ver hundidos electoralmente, balbuceando, incapaces de hacer la más mínima autocrítica, como despojos políticos.
No te digo, Pablo, Pablito, Pablete, vete a la mierda, porque ya te vas tu solo a cagar a Galapagar.