Redacción.
La masacre de Atocha, el 11 de marzo de 2004, perpetrada por musulmanes fanáticos, que costó la vida a 194 inocentes (dos de ellos en el vientre de sus madres), debió conducir a un intenso debate y a la adopción de medidas contra la inmigración islámica. Los asesinos fueron básicamente magrebíes que nunca debieron haber entrado en España ni nunca debieron permanecer aquí. Debió haberse analizado igualmente la responsabilidad de las mezquitas, pues los terroristas se organizaron alrededor de la mezquita de la M-30.
Retrasando durante más de una década la generación de anticuerpos sociales contra la invasión demográfica islámica, tres manipuladores sin escrúpulos morales –Pedro J Ramírez, Federico Jiménez Losantos y Luis del Pino, con el apoyo de algunos satélites como Julio Ariza y algunos escritores mediocres haciendo la ola a la búsqueda de diez minutos de gloria– corrompieron moralmente a la derecha e introdujeron a la nación en un delirium tremens conspiranoico cuya reivindicación última, histérica y amoral, era la puesta en libertad del asesino Jamal Zougam, quien acaba de ser detenido como líder del ‘frente de cárceles’ de Daesh, con planes para asesinar funcionarios de prisiones. Ese hecho, tan lógico como concluyente, pone de manifiesto la gravísima irresponsabilidad de estos mercantilistas de la mentira.
Es un imperativo ético de higiene nacional la erradicación de tan nefastos personajes de la vida pública. Rambla Libre hará todo lo posible, sin tregua ni desmayo, para que así sea. Estos manipuladores fueron seguidos por mentes muy perturbadas, con serios problemas de personalidad y abundantes complejos. Rambla Libre no será nunca condescendiente con quienes han seguido tan destructiva doctrina que hundió en el relativismo a buena parte de la sociedad, mediante el abuso de la credulidad y la influencia.
Reproducimos algunos textos significativos de la capacidad de fabulación de estos tres manipuladores, para su descrédito total:
Pedro J Ramírez
Cada vez más indicios apuntan a que el 11 M se gestó en el seno de los aparatos policiales y los servicios del Estado democrático.
Nada tan insensato como el apremio con que la Fiscalía y el PSOE piden que se celebre cuanto antes el juicio, pues si esta desoladora realidad no se difunde antes, será durante la vista cuando el souflé se venga irremediablemente abajo.
Todo lo demás –las reuniones del McDonalds, el viaje a Asturias, las tarjetas de los móviles, Morata, Mocejón, Leganés- demuestran que se hicieron con Goma-2 ECO, que intentaron toscamente una bien gorda y que murieron de la forma más extraña. Pero no que fueron los autores –y menos solos- del 11 M.
El problema de la versión oficial del 11-M es el de cualquier castillo de naipes: la caída de una sola pieza arrastra encadenadamente a todas las demás.
El Tribunal se verá obligado a absolver a los imputados en la masacre del 11-M a menos que alguien pueda acreditar que los islamistas tenían otras vías de suministro distintas a las de los asturianos.
Federico Jiménez Losantos
Nada de lo que nos han contado es verdad, nada, nada, nada. No sabemos lo que pasó, sólo sabemos que nos han mentido.
Todo lo que nos han contado de la mochila de Vallecas, de la Renault Kangoo, del Skoda Fabia, todo es falso, y lo que estalló en los trenes es cualquier cosa menos Goma-2 ECO.
La mochila de Vallecas es falsa. No está hecha para estallar, ni para explotar. Nunca estuvo en los trenes. Es un engaño, un señuelo.
Lo único que pedimos, aunque subiera la audiencia, es que eviten suicidios en directo, al estilo Leganés. Con que nos expliquen el de los islamistas que quisieron ir al infierno, basta.
¿Cuándo procesamos, señor Gómez Bermúdez, a los que han mentido? Señor juez, ¿cuándo llegará ese día? ¿cuándo podremos procesar a los que han mentido a la opinión pública? ¡Hay doscientos muertos! Porque, además, procesándoles, será la manera de que canten.
La Policía ha delinquido al por mayor, al por menor y al detalle.
Dentro de poco, cuando veamos aparecer un tedax, tendremos que salir huyendo. Pero huyendo camino de la bomba, que va a ser menos peligrosa.
Lo dijimos en su día, pero no pensábamos que se iba a demostrar tan rápido. Estamos en las fases primeras del juicio…Ya se ha venido todo abajo. ¡Todo!
Yo quiero un juez que detenga a todos los tíos que se dedicaron a poner pruebas falsas para hacernos creer que esto ha sido un atentado islamista.
Huele a pastel y cada vez huele más a pastel. Todo lo que hemos visto, yo, sinceramente…Paa soltarlos a todos. ¡Para soltarlos a todos!
Luis del Pino
Leganés fue un puro teatro. Sangriento, pero teatro.
En aquel piso no se suicidó nadie.
En cuanto al piso de Leganés, aquello fue una inmensa representación teatral en la que se hizo explotar ese piso coincidiendo con la hora del telediario nocturno.
Nadie ha sido capaz de explicar todavía por qué no se hicieron autopsias a los supuestos suicidas de Leganés, a pesar de que la Ley exige su práctica en toda muerte violenta (Por supuesto que se hicieron. Una simple mentira del alucinado Del Pino)
De lo que estamos hablando es de si las cloacas del Estado participaron sólo en la colocación de pruebas falsas o tuvieron, también, una participación en la propia masacre.
La vaguedad de las imputaciones y de los hechos es tal que va a ser prácticamente imposible condenar a nadie, lo que sólo dejará la opción, en el juicio, de echar el muerto a los muertos de Leganés.
A medida que nos acerquemos a la verdad del 11-M podría haber quien sienta la tentación de tapar el escándalo con una falsa asonada ultra.
En las semanas siguientes a la detención de Zougam, se puso en marcha una campaña sistemática de desprestigio, durante la cual se filtraron a los medios todo tipo de mentiras sobre él, con el fin de convencernos a todos de su culpabilidad.
Una y otra vez se han volcado sobre Zougam imputaciones falsas.
No hay nada que vincule a Zougam con la masacre.
En fecha tan próxima como el 27 de febrero de 2017, Federico Jiménez Losantos, en el diario El Mundo, califica de “absurda condena siniestra” la de Jamal Zougam, a quien Luis del Pino ha calificado de “detenido político” y ha descrito como hombre de “sincera candidez”.