José Donís Catalá.
“Ojalá que algún día no muy lejano podamos leer en EL ESPAÑOL un editorial titulado «La anulación de la condena de Jamal Zougam ha triunfado»”, Javier Gómez de Liaño en El Español, 14 de marzo de 2016, en un artículo titulado “La culpa prefabricada de Jamal Zougam”.
“La soledad, la amargura de sentirse víctima de una injusticia y la humedad de las paredes de la cárcel coruñesa han hecho mella en Zougam”, escribe Ferrer Molina en El Español el 11 de marzo de 2016.
En 2017 el diario de Pedrojota Ramírez publicó cosas como estas:
“Doce noticias falsas con las que se construyó el perfil terrorista de Jamal Zougam”
“Por qué Zougam merece un juicio de revisión”
Y el 12 de marzo de 2017 el propio Pedrojota volvía a defender a su islamista mascota en una carta del director:
“Sí, Zougam es Dreyfus”, donde nos regala frases como estas: “Zougam fue utilizado, en efecto, por la Policía y la Justicia como chivo expiatorio del 11-M”, o “para mí no cabe ya ninguna duda de su inocencia, o para ser más exactos de que fue condenado sin que ningún tribunal ponderara elementos decisivos que hubieran preservado su presunción de inocencia”.
Pues bien, esta semana la Guardia Civil y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, han identificado y desarticulado una red del Estado Islámico que se extendía por 17 cárceles españolas, integrada por unos 25 internos islamistas. La operación se ha desarrollado bajo la autoridad del Juzgado Central de Instrucción número 1 y de la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Según explica el diario ABC “la organización estaba perfectamente estructurada y contaba con su propia iconografía y objetivos concretos. Su modo de actuar se fundamentaba en formar y adoctrinar a los reos en los patios de las cárceles. El contacto no era solo físico, ni en la misma prisión. Estos captadores también utilizaban las cartas como medio de comunicación con reclusos que estuvieran en otros centros”.
Los líderes de esta red del Estado Islámico son 3 conocidos islamistas: Jamal Zougam, condenado como autor material de la matanza de los trenes de Madrid, Hassan El Haski, también en prisión por los atentados del 11-M, y Mohamed Achraf, cuyo verdadero nombre es Abderraman Tahiri, atrapado en 2004 en la operación Nova, y condenado por liderar la célula que planeaba atentar contra la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo y la estación de Príncipe Pío.
Mientras escribo esto el diario de Pedro J. Ramírez ni siquiera ha publicado todavía la información. Estará entretenido escribiendo algo sobre la inocencia y la terrible injusticia que se ha cometido contra sus mascotas Jamal Zougam, Hassan el Haski y Mohamed Achaf.