Virginia Montes.
Francia es una sociedad cada vez más violenta, donde se producen sucesos inexplicables. Esta semana tres mujeres eran agredidas y recibían una paliza, sin motivo aparente, en Seine Saint Denis, el barrio más degradado y violento de París, invadido de inmigración musulmana.
La violencia tiene una relación directa con la inmigración musulmana, cuya segunda generación exhibe un odio racial hacia los franceses. A finales de julio era asesinado en Grenoble, una ciudad tradicionalmente tranquila que los inmigrantes musulmanes han llevado a su propia degradación, Adrien Pérez, a la salida de una discoteca, cuanto trató de defender a un amigo de una agresión. Recibió varias puñaladas mortales en los pulmones. Dos hermanos, Younes El Habib y Yanis El Habib, han sido detenidos.
Los padres de Adrien han iniciado una cruzada de denuncia. “Siempre podemos organizar marchas blancas para tratar de movilizar la opinión, no servirá de nada. Porque habrá otras víctimas: una niña mañana, una abuela entonces. Y eso nunca se detendrá. El nivel de violencia en Grenoble es inaceptable. El gobierno tiene miedo de que la minoría de personas ultra-violentos que aterrorizan a la mayoría de los pobres en los barrios”.
Las zonas donde antes se aspiraba a la superación, ahora se han tornado marginales. En otra entrevista esta vez con France 3 Alpes , critica el ambiente de la ciudad, «donde sea que uno va siempre hay una minoría de escoria que se nota por actos de vandalismo o violencia”.